El viejo enlaza el hilo en la suela del zapato con arrugas visibles del desgaste. Daniel Alvarado cose los zapatos que, cuando hay trabajo, los usa.
Pero el trabajo ahora es incierto. No sabe qué día trabajará, depende de quien demande sus servicios, tal vez en una semana solo labore uno, dos, o quizá, tres días.
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“A veces ganaba 150 pesos (al día) como jardinero, porque fue mi primera chamba con otro compañero chiapaneco. Salía un poquito más cuando se trataba de cortar árboles que estaban perjudicando a una casa, era cuando se ganaba un poquito más, 250 a 300 pesos, pero de ahí ya no”, detalla.
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Don Daniel es parte del número creciente de habitantes que viven en situación de pobreza en Mérida.
En la última década, 17 mil 380 personas se sumaron a la condición de situación de pobreza en la capital de Yucatán.
De acuerdo con las estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), una década atrás, en 2010, había 224 mil 135 personas en situación de pobreza, que equivalía al 27 por ciento de la población total.
Pero 10 años más tarde, en 2020, aumentó a 241 mil 515 habitantes, que representa el 25.7 por ciento.
Eso significó un revés en el último lustro. En 2015 la cantidad de personas en esta condición descendió en cuatro por ciento, al pasar de 22.9 por ciento en 2015 a 25.7 por ciento en 2020.
Lo mismo sucedió con el indicador de pobreza extrema. En 2010 había 22 mil 529 personas en pobreza extrema en la capital de Yucatán, lo que equivaldría al 2.7 por ciento.
Cinco años después, en 2015, el grupo de personas en esta condición cayó a 16 mil 816 personas, lo que representaba al 1.8 por ciento de la población.
Pero en 2020 la situación empeoró, cuando nuevamente se incrementó la población a 27 mil 572 personas, lo que representa el 2.9 por ciento de los habitantes, y supera la cifra registrada una década atrás.
El mayor trastorno de las carencias está relacionado con el número de personas que viven por debajo de la línea de pobreza por sus ingresos, es decir, la población que no percibe dinero suficiente para cubrir al menos los productos de la canasta alimentaria.
Aunque en 2015 había 298 mil 133 personas con ingresos menores a la línea de la pobreza, que representaba al 31.8 por ciento de los habitantes, cinco años después, en 2015, aumentó a 326 mil 805 personas, lo que alcanzó al 34.7 por ciento de la población total.
El otro problema es el incremento de personas sin acceso a servicios de salud, que pasaron del 19.5 por ciento de la población en 2010, que alcanzaba a 161 mil 825 personas.
Una década después, en 2020, creció al 28.5 por ciento de los habitantes, lo que aumentó a 268 mil 281 personas.
Lo mismo sucedió en el tema de la seguridad social, que pasó de 333 mil 992 en 2010 a 393 mil 181 personas en 2020.
En contraste, el número de gente con carencia por calidad y espacio a la vivienda descendió en la última década, al pasar de 55 mil 416 en 2010 con estos problemas a 44 mil 999 personas en una década.
También, la situación de los accesos a los servicios básicos en la vivienda pasó de 81 mil 86 personas en 2010 a 82 mil 68 en 2020. En tanto, el rezago educativo cayó de 117 mil 63 habitantes en 2010 a 112 mil 703 en 2020.
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CG