El mejor regalo que puedo tener en esta Navidad es el seguir viva y con deseos de convivir y disfrutar de mi familia y seres queridos, que a veces por el andar cotidiano e inmiscuirme demasiado en el trabajo no me permitía disfrutarla al cien, señaló Lizbeth Ramírez Santamaría, sobreviviente del COVID-19 y quien estuvo intubada cerca de tres meses en el hospital Regional de Alta Especialidad de la Península.
Lizbeth Ramírez, de 52 años, es parte de los 77 mil seis pacientes que a lo largo de la pandemia se han recuperado en el estado, sin embargo, su caso toma relevancia debido a que por sus condiciones de salud no le daban mucha esperanza de que saliera con vida de la enfermedad, lo cual ella sólo puede calificar como “un milagro” y por lo cual está agradecida con todos los que pidieron una oración por ella y la apoyaron incluso monetariamente debido a que el enfrentar la enfermedad también es muy costoso.
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Señala que todos en su familia nuclear se contagiaron de coronavirus, pero sólo ella de manera grave por lo cual se dice agradecida con Dios por una nueva oportunidad no sólo de hacer mejor las cosas sino de seguir disfrutando a su esposo y viendo crecer a su hija, con los cuales ahora valora compartir cada momento el tiempo que pasa con sus padres y hermanos de los que estaba alejada por su trabajo como modista.
Recordó que el siete de junio fue una fecha en la cual se empezó a sentir mal y tiene que ser internada porque no podía respirar y el día 13 la intubaron, manteniéndola así hasta septiembre.
“Era un viernes cuando me intubaron y los pronósticos señalaban que no pasaba la noche, por lo cual los doctores se sorprendieron verme viva al llegar al lunes, lo cual solo puedo calificarlo como un milagro, ya que presentaba entre otras cosas fibrosis pulmonar, infección renal y sus riñones con poco funcionamiento”
Con sentimiento recuerda que durante su etapa en el hospital vivió días muy difíciles porque soñaba su muerte, como perdía sus cosas e incluso asegura que en su momento de mayor cansancio le pidió a Dios que la dejara morir por el sufrimiento que estaba pasado, siendo que fue en ese momento que a su mente le llegó la imagen de su hija Paola y su esposo que le hicieron fuerte y fue el momento en que regresó a la vida.
Dijo que luego de estar intubada durante varios meses al despertar el 17 de septiembre perdió movilidad en todo su cuerpo, lo cual también fue muy doloroso pues en un momento pensó en que no podría recuperarse.
Lizbet señala que esta enfermedad ha sido una lección de vida para todos en su familia, a la cual volvió a unir, para aprender a valorar los momentos juntos y aprender a decir más te quiero “porque nunca sabes en qué momento vas a dejar de ver a las personas y agradecerle a Dios el poder hacer y disfrutar cosas tan simples como desayunar con la familia”, dijo.
“En su momento pensé no volver a ver a mi familia, pues cuando me subieron a la ambulancia no pude despedirme de ellos, por lo cual el que su historia hubiera tenido otra conclusión hubiera sido un golpe muy duro para todos”.
Dijo que actualmente está en recuperación la cual igualmente ha sido de manera más rápida, ahora sigue con terapias y su voz ha cambiado y aún no la han dado de alta en sus pulmones que le señalan sólo tienen el 38 por ciento de recuperación
Pidió a las familias si no se pueden evitar las reuniones, al menos minimizar el número de los que la integren para evitar de esta manera los contagios y cuidarse si van a salir porque esta enfermedad continúa y es una experiencia que no se le desea a nadie.
“Yo era de las personas que salía y pensaba, a mí no me va a pasar y mira lo que viví, por lo cual hay que cuidarse, ya habrá tiempo de festejar, mucha gente que cree que es mentira la enfermedad y ella es un ejemplo de que se sufre y no sólo la persona sino toda la familia y los amigos de alguien contagiado”.
“Yo tengo la fortuna de haber sobrevivido al COVID-19, pero hay muchos más que no lo lograron, en el cuarto donde yo estaba había 4 personas más las cuales desafortunadamente fallecieron”, por el recuerdo de ellas hay que seguir cuidándonos pues la pandemia aún continúa.
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JG
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