Decenas de jóvenes de 15 a 17 años de edad llegaron junto con sus padres a las instalaciones de la Dirección de Salud para obtener su primera dosis del antígeno contra el COVID-19 de la farmacéutica Pfizer.
El día marcó un récord de asistencia en la primera jornada de vacunación, que no se tenía desde el 8 de marzo de este año, cuando se contabilizaron 900 adultos mayores que acudieron por la dosis.
Las primeras 100 personas acudieron desde las 06:00 horas; sin embargo, por un atraso con las vacunas y jeringas a utilizarse, las puertas se abrieron hasta las 9:00 horas, eso sin dejar a un lado el tumulto que se presentó en la sede mencionada, pues los padres ingresaron con sus hijos ante el miedo de que estos se desmayaran en plena jornada.
La movilización fue tal que se vacunó a mil 146 menores, cantidad que corresponde a casi la mitad del cargamento de 2 mil 592 vacunas que se asignaron para la ciudadanía de las edades mencionadas, tanto en la cabecera municipal como en sus comisarías.
“Venimos desde las 07:00 horas, nos empezamos a desesperar porque nadie se movilizaba para dejar pasar a los muchachos, nos decían que no había dosis, luego lo de las jeringas que no eran de la medida requerida. Nos tocó aparte un día de sol y con estas edades, a los muchachos se les hace tediosa la espera”, indicó Lourdes Ancona, quien acompañó a uno de sus sobrinos por su inoculación.
En el tiempo de espera, llamó la atención que varios grupos de amigos comenzaron a utilizar las redes sociales a manera de distracción, realizando en el tiempo muerto coreografías o vídeos para plataformas como Instagram o TikTok.
Uno de las “manadas de centenialls” que acudió en número generoso, fue un conglomerado de jóvenes estudiantes de la Preparatoria Progreso, que acudieron con una compañera, mayor de edad, y una de las madres de familia del grupo. Al entrevistarlos, estos aseguraron que no se vieron perjudicados en sus clases presenciales pues dicho campus organizó horarios especiales en la semana para darles el beneficio a sus estudiantes.
“Pensamos que no íbamos a poder venir y nos dieron la oportunidad al final. Nos vamos a sentir más seguros, por supuesto hay nervios, hemos escuchado varios rumores con nuestros papás o hermanos, pero también queremos tener más movilidad con la vacuna”, expresó una de las integrantes del clan de adolescentes, cuyo cabello resaltaba entre sus amigos por ser rosado fosforescente.
“Diciembre resultó no ser perjudicial para los chavos, en el caso de mi hijo, está presentando exámenes finales, lo malo de toda la jornada se presentó nada más en la larga espera que tuvimos que pasar bajo el sol”, opinó el músico local William Camargo.
Cerca de las 10:00 horas las filas se condensaron en las esquinas de la manzana de la Dirección de Salud, ubicada en la calle 76 por 25 del primer cuadro de la ciudad, por lo que se ameritó el refuerzo de elementos de la Policía Municipal y una ambulancia de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en caso de presentarse algún percance.
Otro hecho que marcó la diferencia, fue que durante la semana de vacunación para millenials, según Ramsés Moguel Méndez, titular del Centro de Salud con Servicios Ampliados, no hubo personas desmayadas ni de gravedad, esto posiblemente a la asistencia de los padres de familia.
“Este primer día de vacunación ha tenido números a favor sobre los que se pueden considerar en contra. Hay tanta demanda que antes del mediodía ya habíamos vacunados a unos 500 adolescentes, esperemos que la afluencia se mantenga los siguientes días para agotar las dosis que nos asignaron, pues con generaciones anteriores hemos tenido buenos inicios en la primera aplicación, pero bajas considerables en la segunda”, manifestó el también epidemiólogo.
Personal de los servidores de la Nación que se encargaron de verificar protocolos a lo largo del día, hasta mañana se continuarán vacunando a los muchachos de entre 15 y 17 años.
La próxima jornada para complementar el refuerzo de la segunda dosis, se tendría hasta el primer trimestre del siguiente año, pues la vacuna rcit permite otra inyección luego de haber transcurrido mínimo treinta días.
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CC