Tal parece que el haber vivido un infierno al ser prostituida desde los 12 años de edad no es suficiente para Samy T.M., quien actualmente tiene que revivir esa amarga experiencia y librar una batalla contra el aparato de justicia yucateco.
“Conseguir que se haga justicia en Yucatán, no es fácil”, aseguró la joven, quien busca que se castigue a las personas que la prostituyeron cuando apenas era una adolescente.
La muchacha junto con agrupaciones defensoras de los derechos de las mujeres, como el Observatorio Ciudadano contra el Feminicidio, ha emprendido una batalla para conseguir justicia.
En entrevista con esta casa editorial, la joven, quien trata de llevar una vida normal, confesó que tiene mucho miedo.
“Sé muy bien con quienes estoy luchando, pero no quiero que otras jovencitas vivan el infierno que viví”, señala.
Recordó que su tía la vendía desde los 12 años y hasta los 18 años, cuando huyó de ser víctima de explotación sexual y trata de personas. “Para mí es un mundo horrible”.
También mencionó que la prostituían en Moteles de Mérida y luego a través de plataformas de Scort, y que había días cuando daba hasta 10 servicios. Sin embargo, se hartó y huyó con la ayuda de quien ahora es su esposo y padre de su hija.
Pasaron cuatro años, los que permaneció escondida, sin denunciar, por miedo a las múltiples amenazas que sufría, y por no saber cómo hacerlo.
A mediados del año pasado decidió romper el silencio y se acercó a diferentes asociaciones defensoras de las mujeres, quienes le brindaron apoyo psicológico y asesoría legal.
En agosto de 2020 acudió a denunciar el delito de explotación sexual ante la Fiscalía General del Estado (FGE), en ese entonces encabezado por el fiscal Wilberth Cetina Arjona; sin embargo, le dijeron que no le podían recibir la denuncia, porque había prescrito el delito, pero, tras la inconformidad de las agrupaciones y de entablar una conversación con el ex fiscal, se le recibió la denuncia que quedó asentada con el número US-1G2/319/2020.
Días más tarde, se denunció el delito de trata de personas, el cual quedó registrado en la investigación B-24615/2020. Pero a pesar del cambio de fiscal las cosas no mejoran.
Explicó que realizó la relatoría de los hechos, en el cual contó todo lo que recordaba de los años en los que fue víctima de explotación sexual.
Sin embargo, dijo que durante las próximas citas que tuvo le pareció que los forenses se burlaban de ella. “Me decía que les repitiera una y otra vez como abusaban de mí, dónde me llevaban y que les diera detalles de que me hacían y en las posiciones que me ponían”.
Aseguró que desde que inició la investigación hasta ahora no le han informado sobre el avance de las investigaciones, “lo único que sé es que esas personas continúan libres y hasta se burlan”.
Otra la batalla que emprendió fue para que le brindaran protección, ya que al ser denuncias graves y recibir amenazas, corría en peligro su integridad, por lo cual se solicitó una orden de protección, pero en primera instancia, le fue negada.
Aseguró que tuvo que ser a través de un amparo federal para que las autoridades yucatecas le brinden seguridad. “Hoy me siento un poco más segura, porque agentes de la SSP, me cuidan las 24 horas del día”.
Tras denunciar y dar a conocer su caso se quedó sin trabajo y muchas personas le cerraron las puertas. Hoy labora en su casa y trata de llevar una vida normal.
La joven puntualizó que, a pesar de las barreras, seguirá en pie de lucha hasta conseguir que se castigue a las personas que le hicieron daño cuando apenas era una adolescente. “No me importa el tiempo que lleve, pero voy a conseguir que se haga justicia”, finalizó.
Por su parte, Adelaida Salas Salazar, una de las activistas que la está apoyando, indicó que Samy, no ha recibido apoyo de instancias encargadas de atender a las víctimas de estos delitos y aseguró que la Fiscalía ha puesto en entredicho la versión de la afectada.
SY