De acuerdo con los resultados de la primera evaluación de la violencia digital 2020 que llevó a cabo el Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana (Cepredey), en el Estado de Yucatán, el ciberacoso sexual prevalece en un 27.9 por ciento, siendo ésta la segunda forma de violencia que más se presenta en la entidad.
Víctor Manuel Chan Martín, sociólogo y máster en Terapia Familiar, señaló que estos actos son frecuentes en los adolescentes, incluso esta problemática provoca inestabilidad emocional o pensamientos suicidas.
“Lamentablemente las víctimas no levantan alguna denuncia en la Fiscalía del Estado por vergüenza o temor a ser exhibidos ante la comunidad”, dijo el especialista.
La estadística revela que un 60.5 por ciento de ciberacoso sexual lo hacen personas desconocidas; el 17.8 por ciento, amigos; 6.6 por ciento, expareja; 6.4 por ciento, compañeros de la escuela; 3.2 por ciento, conocidos del trabajo; 2.0 por ciento, vecinos; 1.2 por ciento, familiares y 0.5, pareja.
El promedio de las redes sociales que son más utilizadas por los acosadores es: 35.7 por ciento, Messenger; 26.5 por ciento, Whatsapp; 19.5 por ciento, Facebook; 9.7 por ciento, Instagram; 2.1 por ciento, Twitter 1.9 por ciento, Tinder y 0.9, en correo electrónico.
Al respecto, Chan Martín destacó que “es un problema social muy fuerte que ha causado diferentes efectos en las personas. Molestar o dañar a una persona a través de las diferentes plataformas digitales es un delito que las autoridades deben castigar con más rigor”.
En este sentido, dijo que el impacto negativo en las personas provoca estrés, fatiga, enojo, ansiedad, ira, cansancio, inestabilidad emocional, entre otras cosas que podrían orillar a la gente a tener pensamientos suicidas.
“Este tipo de violencia se da a través de personas en el anonimato que ingresan a la red social de la víctima para comenzar el acoso o la intimidación”. Las mujeres son las más violentadas en esta situación, por lo que invitó a los padres “a tener más vigilancia en sus hijos cuando están en la etapa de la adolescencia”.
La estadística de burlas y acoso digital es de: 28.3 por ciento, en desconocidos; 21.7 por ciento, con amigos; 16.7 por ciento, de la escuela; 9.8 por ciento, expareja; 6.1 por ciento, familiares y trabajo; 2.2 por ciento, vecinos y 1.4, pareja.
De igual forma, la evaluación indica que el 53.6 por ciento son mensajes o solicitudes sexuales explícitas y el 46.4 por ciento son videos o imágenes sexuales explícitas.
Respecto a quienes ejercen este tipo de acciones, la evaluación señala que suelen ser personas que la víctima no conoce o que no logró identificar. En los casos donde sí se pudo identificar quién la ejerció, con frecuencia son sus amistades y las exparejas. Caracteriza que es anonimato y partir de ahí se empieza a atacar, lastimar a otra persona.
El especialista añadió que “las personas de tanto ser acosadas disminuyen su vida social y están a la defensiva todo el tiempo. Las víctimas que son perseguidas u observadas en las plataformas digitales empiezan a generar una psicosis que a la larga puede tener consecuencias graves”.
“Otra forma de reducir esta situación es el diálogo, los padres de familia deben tener más comunicación con sus hijos para concientizarlos a no compartir fotografías comprometedoras que en algún futuro puedan ser utilizadas para exhibirlos o chantajearlos”, advirtió.
Finalmente, el experto subrayó que la denuncia es la clave para que las autoridades puedan realizar una investigación exacta y el número de violencia virtual se reduzca.
SY