Convencidos que la huelga de Interjet no podrá resolverse de la noche a la mañana y preocupados por sacar adelante a sus familias, Carlos Cuevas López y Fernando Carrillo decidieron unir sus esfuerzos y crear una microempresa, y gracias al apoyo de compañeros, amigos y vecinos del fraccionamiento Las Américas, están saliendo adelante.
Cuevas López explicó que tanto los empleados de Mérida como de otras partes del país, dieron un ejemplo de unidad y de voluntad para tratar de rescatar a la compañía, al grado de laborar sin cobrar por más de cuatro meses, hasta que finalmente no quedó otro camino que apegarse al derecho de huelga, proceso que avanza lentamente, al grado que las autoridades del ramo apenas han iniciado el recuento entre las cuatro mil 114 personas que fueron seleccionadas para determinar si la mayoría está de acuerdo con ese recurso laboral.
Lejos de darles seguridad y confianza, la mayor parte de los trabajadores no encuentran la manera de explicar a su familia que, en tanto se resuelve el conflicto, deben buscar cómo superar la situación y lo más importante, obtener ingresos para subsanar los gastos propios de sus hogares.
Tanto él, como varios de sus compañeros, agradecen la unidad y ayuda mutua que caracteriza y existe en la comunidad aeroportuaria, especialmente en Mérida y, gracias a ello, han encontrado el camino para superar su angustiosa situación económica, unos vendiendo pasteles, otros productos por catálogo y algunos aprovechan sus habilidades para emplearse como empleados en algún taller, comercio, oficinas.
Surgen las tortas La Sanfe
En ese contexto y ante la situación tan complicada por la que atraviesa la industria de la aviación, por los efectos de la pandemia del coronavirus, entre la plática de unos con otros, en agosto del año pasado surgió la idea de abrir un puesto de tortas, proyecto que se concretó en septiembre de ese año y a la fecha, aseguran, poco a poco han logrado ampliar su mercado, no sólo en esa parte de la ciudad sino en otros rumbos, por la promoción que realizan sus compañeros de la línea aérea, como otras personas que trabajan en el Aeropuerto Internacional de Mérida que han constatado la calidad de sus productos, especialmente aquellas de buen comer o buen apetito.
Detalló que tortas La Sanfe es una contracción de la colonia San Felipe de Jesús, de la Ciudad de México, donde vivió gran parte de su infancia. En un principio se instalaron en un punto del Anillo Periférico, a la altura donde se ubica la zona de bodegas industriales, pero, aun cuando se vendían bien las tortas, detectaron que no era rentable, por lo que hace poco más de un mes acordaron instalar el puesto en el fraccionamiento Las Américas, donde la respuesta ha sido bastante buena, al grado que otros dos empleados de Interjet les pidieron permiso para vender sus productos del mismo ramo (Las Capigordas) pero con diferente presentación, porque al fin y al cabo son hermanos del mismo dolor y lo mejor es que en ambos han logrado convencer a sus clientes que realmente vale la pena darle gusto al paladar.
Quienes han visitado la Ciudad de México y han degustado una torta, saben que se trata no sólo de un producto de gran tamaño, con los ingredientes bien complementados, según el gusto de los comensales; productos que llevan por nombre similares a las diferentes estaciones del metro de la capital del país, como Banderas y Pantitlan, entre otras.
Manifestó que hasta pasajeros a los que atendieron en el aeropuerto cuando eran despachadores de vuelos al enterarse de su actividad comercial, han acudido hasta ese punto de la ciudad, con el fin de ayudarlos y por eso no tienen palabras para agradecer esa forma de apoyo.
Por su parte, Fernando Carrillo dijo que al igual que Cuevas López tenían cinco años trabajando para Interjet y lamentan mucho la difícil situación financiera por la que atraviesa la empresa, la cual se caracterizaba por ser una de las que ofrecía el mejor servicio y a precios atractivos, al grado que cuando comenzó a registrar problemas de operación, la mayor parte de sus clientes no formularon denuncias por la cancelación de sus boletos, ni exigieron la devolución de su dinero, prueba de la solidaridad hacia la compañía que tristemente hoy permanece inactiva y sin encontrar la manera de resolver su posible cierre, toda vez que el Gobierno Federal tampoco ha dado muestras de rescatarla, por ser una compañía privada, de la cual dependían miles de familias en más de 20 estados del país, de los cuales alrededor de 50 son de Yucatán, que –reiteró- lejos de quedarse cruzados de brazos, están buscando la manera de sacar a su familia adelante, porque como padres o hijos no pueden permitir que su esposa e hijos o padres que dependen económicamente de ellos, los vean derrotados y angustiados, sino que hay que levantarse y tratar de encontrar la manera de superar los obstáculos a los que tengan que enfrentarse, como es la inminente debacle de una aerolínea que al igual que Mexicana de Aviación, Aviacsa, entre otras, se fueron a la quiebra y pese a que las autoridades fallaron a favor de los trabajadores, muchos de éstos hasta la fecha no han recibido pago alguno, otros de edades más avanzadas fallecieron sin poder recibir sus respectivas liquidaciones.
SY