El ritual católico que enmarca el inicio de la cuaresma fue encabezado por el Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega con la celebración eucarística en la que se dispuso la tradicional ceniza, no en la frente de los creyentes como normalmente se hace, sino en la cabeza, con la ayuda de una cucharita de plástico blanca, a quienes se dieron cita en la Catedral de San Ildefonso de la ciudad de Mérida.
Durante la homilía, el líder de la iglesia en Yucatán, se congratuló de que no haya habido la celebración del carnaval en la ciudad, así mismo pidió a quienes están en el poder no buscar aplausos ni reconocimiento: “si buscas el aplauso de los hombres esa será la única recompensa que obtengas; el artista obtiene los aplausos divirtiendo, emocionando al espectador, lo mismo quien gobierna no ha de buscar aplausos ni reconocimiento alguno, sino dar un buen servicio. Si el gobernante es un buen cristiano tendrá en su mente y corazón estas palabras”, enfatizó.
En este sentido, recordó que las prácticas de la cuaresma son totalmente para dios “no para quedar bien con nadie en absoluto, solo con el señor”, pidió evitar “la hipocresía de una religiosidad totalmente falsa, no por amor a dios, sino a sí mismos”, retomó la lectura del día para resaltar a quienes “solo pretendían conservar buena fama ante los demás, esa hipocresía les hacía sentir el derecho de juzgar a los demás, esa forma de actuar no tendrá ninguna recompensa”, indicó.
Este es también un periodo para el arrepentimiento que “nos ha de llevar a una vida renovada, a crear un corazón justo y renovado” explicó Rodríguez Vega, a la par reconoció a quienes han apoyado a las personas más afectadas por la pandemia, “cuántas personas en este año de pandemia han ayudado a los necesitados, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha. Más allá de las misas y rosarios a los que asistes, cuánta oración personal has hecho en el interior de tu hogar, o en el corazón, o mientras trabajas. Este ha sido un tiempo de profunda contemplación”, manifestó.
Así mismo resaltó los ayunos de los trabajadores que han hecho durante la pandemia “cuando no han tenido tiempo para comer para atender a Cristo en depresión, enfermo, quien haya hecho esto se sentirá bien en su interior, así mismo, el señor los recompensará”, mostrar compasión por cada persona es la expresión más sólida de fé, sin caridad no hay verdadera fe ni esperanza”, espetó.
Finalmente hizo un llamado a la conversión de actitudes, sentimientos, intensiones, a un verdadero arrepentimiento, “conviértanse a mí con ayunos, lágrimas, enluten su corazón, en esta conversión profunda los sacerdotes deben encabezar el arrepentimiento”.
SY