Henry Hernández y Ady Jarquín alzaron la voz en compañía de sus colegas odontólogos, expresando que se reconocen en riesgo ante el virus SARS-CoV-2, no solamente porque el paciente se tiene que quitar el cubrebocas, sino también porque el trabajo que realizan ocasiona que las partículas de saliva se esparzan por el lugar. Por todo lo expuesto, solicitaron que se les proporcione a la brevedad posible la vacuna contra la enfermedad. Asimismo, evidenciaron que, no solamente sus citas han disminuido por el temor al COVID-19, sino que además sus costos se incrementaron por todo el equipo de protección que requieren y que ha tenido grandes impactos en los costos (antes una caja de guantes costaba 60 pesos y ahora, entre 350 y 400 pesos).
“Es importante que la odontología sea considerada en la vacunación del Estado porque estamos atendiendo pacientes”, declaró Henry Hernández.
Extendió que, en su momento, al inicio de la pandemia, fue posible que se detuvieran labores, pero actualmente se encuentran activos y no se puede asegurar que los pacientes no estén contagiados.
“Hago este llamado a que se nos considere como parte del personal de salud, pues finalmente estamos expuestos, no solo porque convivimos muy cerca y trabajamos con la saliva, sino porque no sabemos si los pacientes son asintomáticos y eso representa gran peligro para nuestras familias”, expresó Jarquín.
Aseguró que no ven una respuesta clara, pues hasta el momento solo se les ha considerado por grupo de edad y no por sus labores, a pesar de que el Presidente de la República ha comentado que su solicitud es legítima.
“No solo por nosotros, también por nuestros pacientes y nuestras familias”, comentó.
Por su parte, el odontólogo recalcó que es muy complicado saber que el ejercicio de sus actividades se puede pagar con la vida propia o la de un familiar.
“Se está olvidando que somos un Sector de Salud que requiere ser considerado al mismo nivel que todos los demás que se encuentran al servicio, pedimos que nos vean en el mismo esquema. Ponemos de nuestra parte, solamente quisiéramos estar protegidos”, dijo.
Ady Jarquín destacó que aplican todos los protocolos para evitar que los pacientes se contagien, lo cual es posible comprando los materiales como batas de protección, baberos, aerosoles y desinfectantes, entre muchos otros, y esto ha resultado en un incremento notable en los costos de su labor, pero ha disminuido el trabajo.
“La consulta ha disminuido muchísimo porque tenemos que espaciar entre paciente y paciente, desde media hora hasta tres horas, eso reduce para nosotros la cantidad de pacientes que podemos atender”, subrayó.
SY