El complejo turístico Santa Bárbara es un importante generador de fuentes de empleo de forma directa e indirecta. De forma directa cuenta con alrededor de cincuenta trabajadores que están laborando en el restaurante, el recibidor o “lobby”, los que guían el truck, así como los guías de turistas que están ubicados en los cenotes.
Estos trabajadores compartieron con POR ESTO! que esta semana sí hubo turismo, pues al concluir las vacaciones decembrinas disminuyó drásticamente.
Uno de estos trabajadores platicó que “debido a las bajas en el número de paseantes, incluso nuestro sueldo disminuyó a causa de la pandemia que estamos atravesando y ni renunciar es bueno, porque ahorita en ningún lado hay trabajo. Hay que esperar a ver que el virus ya no nos esté afectando para que vuelva a ser como antes, mientras hay que seguir adelante”, señaló.
Indicó que una de las cosas favorables es que el día de labores incluye también la comida del mediodía.
Abundó que estos días no han sido fáciles por la pandemia, pero uno tiene que aprender a vivir con esta enfermedad o de lo contrario morir de hambre, pues te dicen quédate en casa.
“Pero si uno no sale de casa no consigue el sustento familiar, si no hay dinero uno no puede comprar comida y si no hay comida se muere uno de hambre, que Dios nos proteja”, comentaron.
Recorridos por los henequenales
En estos primeros días del mes de febrero varios turistas han aprovechado para conocer y disfrutar los cenotes con los que cuenta la comunidad.
Ayer estuvimos en el complejo turístico Santa Bárbara, que cuenta con tres cenotes rehabilitados para recrearse con la familia o los amigos. Lo pueden recorrer en bicicleta o llevados en un antiguo vehículo que usaban los campesinos en estas tierras del Mayab para trasladarse hasta los henequenales, precisamente para trabajar el agave. Nos referimos al truck, un medio de transporte jalado por caballos o mulitas.
Los visitantes que vienen a este complejo turístico pueden admirar un singular paisaje bajo el monte, allí están ubicadas las dolinas. Desde la antesala de este complejo vacacional pueden elegir cómo quieren ir hasta el lugar donde están ubicados los cenotes Cascabel, Chacsikin y Xoch’, también pueden incluir, después del paseo, una rica comida con los guisos típicos de la región, ya que cuenta con restaurante.
Como inicio de la aventura, los visitantes tienen que caminar diez minutos entre el monte para llegar a un punto donde están los caminos que conducen a dos de estos inframundos de nuestros antepasados mayas, los cenotes.
En ese lugar hay una persona que guía a los turistas, indicándoles primero la vista de la dolina llamada Cascabel, caminan unos metros para llegar hasta la ubicación, allí se encuentra otro vigilante que les pide a los visitantes que se enjuaguen para entrar a dicho subterráneo.
De allí se dirigen a la siguiente dolina que lleva por nombre Chacsikin, que significa “cielo rojo, amanecer”. Luego, los visitantes se dirigen al tercer cenote que se encuentra como a 40 metros y está provisto con escaleras de concreto, este último, denominado Xoch’, es como una gruta y para penetrar hasta sus aguas se tiene que descender como unos quince metros, allí está la entrada en forma de túnel.
Así es como estos visitantes venidos de la capital yucateca o de otros Estados o naciones, disfrutan de estas aguas sagradas de los antepasados mayas, en familia o con amigos.
SY