La fisioterapia y rehabilitación, durante y después de la convalecencia de COVID-19, ha sido un elemento clave para la recuperación del sistema de oxigenación y movilidad en los pacientes, informó el especialista en Rehabilitación de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Hugo Mendoza Pantoja.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el coronavirus se ha caracterizado por ser una enfermedad infecciosa que puede causar importantes disfunciones respiratorias y físicas a corto y largo plazo, las cuales requieren de la aplicación de técnicas de rehabilitación adaptadas a las necesidades de cada paciente. Hasta el momento, no se tiene un tiempo estimado de recuperación, ya que depende de la edad y el sistema de las personas.
La fisioterapia en tiempos de COVID-19 ha desempeñado un rol importante en la atención del paciente desde las unidades críticas hasta su alta hospitalaria.
En Yucatán, más de 28 mil 300 pacientes ya se recuperaron. Esta cifra representa el 87 por ciento del total de contagios registrados, que supera los 32 mil casos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada diez personas afectadas por coronavirus aún presenta síntomas tras doce semanas después de haber superado la infección.
Al respecto, Mendoza Pantoja, explicó que “gran parte de este problema se debe a que un porcentaje de la población presenta problemas de obesidad o enfermedades crónicas degenerativas, lo que hizo que el virus atacara mucho más rápido al sistema inmunológico”.
Es así que las secuelas que deja el COVID-19 se manifiestan en la movilidad y respiración. A la mayoría de las personas les cuesta trabajo mover brazos, rodillas, hombros y caderas; además de que suelen quedarse con la respiración agitada. Esto se debe a una mala alimentación y falta de ejercicio.
“Los pacientes ya contagiados suelen tener problemas en su oxigenación, por lo que recomendamos realizar trabajos específicos cuidando en todo momento su salud. Como rehabilitador, me enfoco en el ritmo de respiración para que los pulmones trabajen”, detalló el egresado de la UADY.
Agregó que, “otra complicación se da con los pacientes de cama. Al estar mucho tiempo acostados, pierden la movilidad y masa corporal. Con ellos tenemos mucho cuidado al momento de trabajar con las piernas y brazos, ya que, al estar en reposo, los músculos se relajan en exceso. Es una labor de mucha paciencia porque no hay un tiempo establecido para una recuperación que sea al cien por ciento”.
Sobre las personas que se infectaron y superaron el coronavirus, comentó que “aquí la situación es mucho más complicada, por el simple hecho de que no sabemos de las grandes consecuencias que tendrá el paciente después de la enfermedad. Lo único que siempre notamos es su dificultad para respirar”.
Reiteró que la movilidad y respiración son los puntos más importantes a trabajar en la rehabilitación, reforzándolo con una buena alimentación y ejercicios específicos.
“He trabajado con personas que solían tener actividad física y que ahora les cuesta mucho aguantar su mismo ritmo. Es cuestión de ir mejorando su condición con ejercicios de brazos y piernas, ser constantes en la rehabilitación y no caer en desesperación, ya que muchos estudios revelan que después de varias semanas el cuerpo todavía presenta secuelas de la enfermedad”.
SY