El relleno sanitario del puerto, ubicado en el Ejido Paraíso, recibe 160 toneladas de desperdicios diarios, convirtiéndose de esta manera en un foco rojo de infección que parece no tener fin; el lugar tiene un largo historial en Progreso, de modo que varias administraciones han intentado dar resolución al problema, pero han fallado, en la actual administración se invirtieron cerca de 20 millones de pesos del proyecto Zona Económica Especial para la búsqueda de soluciones, en conjunto con 13 millones que otorgó el Gobierno estatal para adquirir material que ayude a tener un sistema de recolección de basura eficiente.
En medio de la respectiva investigación de campo, el corresponsal en turno del Por Esto!, fue brevemente detenido en un módulo ubicado a pocos metros de la entrada del lugar, ahí el oficial de la Policía Ecológica, José Clemente Canul Cetina, realizó el registro y toma de datos obligatorio para después explicar que sólo vehículos autorizados pueden tener acceso.
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“Sólo entran camiones que dejan su carga de basura y enseguida regresan, carros particulares no pueden acudir al basurero por cuestión de protocolos a nivel municipal”, expresó.
Con esa declaración se constató que la actividad en el depósito sigue en pie, pues hasta hace poco se había determinado que habría un saneamiento total del lugar debido a que presenta un serio foco de infección para los hogares que lo circundan.
Según Felipe Pech, elemento del Departamento Prolimpia, dedicado a recoger desperdicios a lo largo de todo el día en Progreso y sus comisarías cercanas, sin tomar en cuenta sus góndolas se juntan alrededor de 160 toneladas de basura, mismas que van a dicho relleno sanitario. Este número suele redoblarse en fines de semana con llenos masivos en el malecón, llegando hasta las 300 toneladas en un solo día.
La actual administración que en el último trimestre del 2019 había empezado a meter maquinaria para el saneamiento que se había prometido, la misión sería abandonada por el acumulamiento a pasos agigantados que se tiene a diario.
Justamente ese año, Eduardo Batllori Sampedro, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) del 2007 al 2018, declaró que “la nula respuesta a los basureros a cielo abierto es una nula propuesta integral entre los tres niveles de Gobierno”.
Otro punto a recalcar es que durante aquel tiempo, el gobierno estatal entregó cinco camiones, seis motocicletas eléctricas recolectoras y 53 contenedores. La ceremonia de entrega se hizo en el Palacio Municipal, donde también se anunció que la inversión neta fue de 13 millones de pesos.
Parte de las alternativas consistió en que, luego de un estudio de campo, se determinara que la cantidad de basura del relleno sanitario era ya inconmensurable, por lo que en febrero de ese 2019, el desperdicio generado en las calles del puerto iba al depósito de la ciudad de Mérida, aunque en breve regresó de nuevo a Paraíso.
Otra idea que a principios de la década pasada quedó descartada, fue la de la aplicación de tecnología de mineralización de clase europea para limpiar el tiradero a cielo abierto, pero las temperaturas habituales de Progreso no ayudaron al plan.
El lugar también representa peligro para quienes laboran ahí pues los registros por incendios son cada vez más constantes, esto ha propiciado que brigadas de la SSP Municipal, Policía Ecológica y Protección Civil acudan constantemente a realizar inspecciones.
SY