De la manera más rudimentaria Rosendo Blanco creó un proyecto deportivo y en pro de la salud. Es uno de los pioneros de levantamiento de pesas en la población de Tzucacab.
Blanco platicó que por amor al deporte y para alejar a los jóvenes de su comunidad de los vicios, comenzó este importante proyecto en donde hoy en día entrenan hasta jovencitas.
Su equipo consiste en gran parte de material que encontraba, armó sus pesas con piedras, maderas, ruedas de concreto, lo más rústico que uno se puede imaginar, al paso del tiempo poco a poco fue ganando adeptos hasta que lo convirtió en una disciplina en la citada comunidad.
Rosendo lo dejó, pero sus hermanos Francisco y Reyes lo continuaron, entonces fueron creando algunos equipos soldando metales y cualquier otro material, el lugar era un tingladito protegido por palmas de huano y láminas rotas, pero lo más importante es que los jóvenes que asistían a este pequeño espacio destinado al deporte se alejaban de las drogas y el alcohol, a pesar de las carencias no se detuvieron, Francisco poco a poco fue ganando condición física hasta que quedaron marcados sus músculos, todos los que lo conocían le apodaron “El dragón”, de ahí nació el nombre del gimnasio.
Los jóvenes se organizaron para mejorar el lugar empezando por el techo, hicieron una rifa para recaudar fondos y se cambió el techo con láminas nuevas y el lugar tuvo una mejor imagen, esta vez pretenden mejorar un poco más el lugar, por lo que revelaron que van a rifar una bocina el 5 de mayo en una tómbola con cobertura virtual, los boletos los venderán en 25 pesos y todo lo que se recaude será para mejorar las paredes, el piso que está muy desgastado y una parte es sólo de tierra.
Poco a poco el lugar ha estado tomando forma, pues varios adeptos a este deporte con sus propios recursos han donado algunos equipos profesionales, ya que van varias damas y muchos jóvenes de esta pequeña población acuden a este único lugar donde se practica la halterofilia.
SY