Por más de 70 años, Bárbara Chulim Dzib dedicó su vida a la tarea de ser partera, dando acompañamiento a las mujeres embarazadas desde la gestación hasta el momento del nacimiento de sus hijos, sin embargo, por su avanzada edad tuvo que dejar esta práctica milenaria.
Bárbara cuenta con 99 años de edad y es conocida en la localidad por ser una de las primeras parteras, por tal motivo vio nacer a muchos niños, también tuvo la mala suerte de ver algunos que nacieron sin vida.
Esta nonagenaria vive en la calle 44 entre 45 y 43, junto con su hijo José Guillermo Basto Chulim, que también aprendió a sobar a las personas que sufren alguna fractura, problemas en los tendones, etc., gracias a la enseñanza de su madre.
Bárbara dejó de trabajar hace más de 17 años en ese oficio, que le hizo merecer grandes reconocimientos por parte de las madres que atendía durante el estado de gestación y en el momento del parto, también fue reconocida por las autoridades del Sector Salud por su dedicación ejercida como partera, así mismo, en sus años de trabajo tuvo la dicha de viajar a la Ciudad de México junto con otros parteros, por invitación del Presidente José López Portillo, para ser reconocidos por sus valiosos conocimientos ancestrales, desde la medicina natural hasta los masajes prenatales.
Debido a que doña Bárbara tiene problemas para escuchar, se cuestionó a su hijo sobre el trabajo que por más de siete décadas desempeñó su progenitora para traer al mundo a tantos niños.
“Mi madre aprendió el oficio porque su mamá la enseño, sus abuelos también fueron curanderos, de ahí la herencia que recibió de ser partera”.
Agregó que durante los años que trabajó pudo sobar a las embarazadas, las atendía en el momento del parto que además cuando nacía el bebé se encargaba de bañarlos.
Aunque tiene avanzada edad, Bárbara aún puede caminar y ver y aunque ella dice que todavía está apta para seguir con ese oficio ya la gente no acude a que les atienda.
José Basto Chulim, hijo de esta reconocida partera, dijo que gracias a las enseñanzas de su madre aprendió a sobar.
Mencionó que tras esos años de trabajo que desempeñó su madre en la atención a las mujeres embarazadas, estuvo censada en el programa de Salud, pero ahora no cuenta con alguna gratificación por esas décadas que trabajó, ni siquiera algún apoyo por parte de las autoridades municipales; esto es muy lamentable, agregó el entrevistado.