Una de las disciplinas con la que el puerto ha alcanzado grandes logros es el balompié. Entrenadores magníficos con excelentes plantillas se pueden encontrar a través de la remembranza del pasado dentro de los campos de futbol más importantes de la ciudad, uno de los técnicos que marcó una época dorada a principios del año 2000, fue Edilberto Quezada Domínguez, “Eddy”. En su etapa como formador de talentos tuvo varias escuadras varoniles y femeniles, logrando un sinfín de campeonatos para esta localidad.
“Mi historia como entrenador se forma a partir de la participación que tuve a mis 37 años, en 1999 con la extinta Liga Municipal de Futbol de Progreso. Éramos un grupo de entusiastas y enamorados del futbol. A la cabeza como presidente de la misma estaba Enrique Martín Zapata”, recordó.
En aquella asociación, el exestratega comentó que se contaba con la categoría de veteranos, femenil, segunda fuerza y una incipiente infantil de apenas seis equipos. Fue precisamente en el torneo de los infantes donde le encomendaron tomar las riendas administrativas para un desarrollo a corto plazo. Los resultados no se hicieron esperar, en poco más de un año se logró implementar 26 equipos en cuatro categorías.
Sin embargo, el lugar del estratega estaba en el banco y no en las oficinas de la liga.
“En la categoría microbios existía el equipo Cariocas que había formado el gran promotor de futbol William Solís “El Choyo”, pero que era dirigido por un amigo y promotor también de la liga, Rafael Ascanio León”, dijo.
Agregó que “al término del torneo de verano de 1999 me comentó que por razones de trabajo no podía seguir a cargo y para no perder ese grupo lo tomé para entrenarlo”.
Fue al inicio del siguiente milenio cuando llegó la obtención de un subcampeonato para los dirigidos por Edilberto Quezada, la final se dio entre el acérrimo rival de su conjunto: Piratas, equipo que salía a la cancha con el uniforme del equipo argentino River Plate. Por su parte, los Cariocas, lo hacían con los colores de la selección de Brasil, reviviendo de esa manera, la rivalidad deportiva que siempre han tenido ambas naciones dentro del soccer.
El segundo lugar de aquel primer torneo encendería en los pequeños la sed de ganar y un hambre de triunfo en su entrenador. Por esa razón, los entrenamientos se convirtieron en una disciplina constante, aparte de la motivación que se implementó en cada niño. Esto tuvo como resultado que los Cariocas se convirtieran en un equipo hegemónico a nivel municipal, ganando cada cuadrangular y justa donde tenían participación, tampoco faltaron los buenos papeles en representaciones fuera de la ciudad y olimpiadas de la especialidad.
“Después de pasar por la categoría de Infantil Menor, donde obtuvimos todos los títulos de la temporada del 2001, decidimos, junto con los padres de familia, incursionar en una Liga de Mérida y optamos por la ‘Juan N. Cuevas’ de la Escuela Modelo, junto con esta idea se engarzó la de conformar una asociación civil para darle más seriedad al proyecto, el plan al concretarse, adoptó el nombre de Camarones PRO. De PRO A.C. (Promotora Deportiva Progreseña)” argumentó.
La asociación civil, para darle continuidad a los pequeños que empezaron a jugar desde la categoría “microbios”, los llevó ahora hacia la modalidad “Niños Héroes”, siendo la liga local un excelente circuito, midiéndose ante conjuntos como Portugal, Aguilitas, los cuales salían con tremendas golizas del campo del parque Morelos, con la autoridad del exárbitro José Rafael Arias García “Muñante”.
Caso contrario a las competencias en las estatales infantiles, donde los progreseños se toparon con un nivel más alto del que estaban acostumbrados, perjudicándoles el paso rumbo a las finales donde estaban acostumbrados a verse situados.
“En nuestro primer torneo teníamos que jugar contra unos 20 equipos de comunidades del interior del estado, así como de poderosas y prestigiosas instituciones educativas como la Modelo, Instituto Cumbres, Piaget, Niños de América y el Instituto Patria. En esa primera experiencia, a pesar de ser los más fuertes en nuestra casa, los niños eran novatos para ese tipo de circuitos y quedamos en el decimosexto lugar de la tabla. Para nuestra segunda aparición, con mucho trabajo de entrenamiento y de autoconfianza pasamos a ser un equipo competitivo y ocupamos el octavo de 22 lugares”, expresó Quezada Domínguez.
Al pasar un par de años, ahora el destino tendría a los Camarones dentro de la categoría Infantil Mayor, aunque por cuestiones de administración deportiva hubo una renovación, llamándose ahora Pelícanos PRO. De PRO. A.C., vistiendo ahora un uniforme color anaranjado con blanco.
Renovación obligada
“En esa etapa, los chamacos empezaron a tener un gran nivel de juego y pasamos a ser el combinado a vencer, no era para menos, con algunos jovencitos ya habíamos trabajado más de cinco años continuos; entre 2005 y 2006 ocupamos un par de subcampeonatos, desafortunadamente no pudimos llegar a ser campeones de la liga progreseña. Durante ese lapso muchos niños querían ser parte del equipo y les dábamos oportunidad de ser parte del club, una escuadra jugaba en Mérida y un segundo plantel participaba en el torneo local, no todos aguantaban, el programa de entrenamiento y disciplina deportiva que habíamos implementado era de alto rendimiento, agregó que para poder jugar también tenían que tener un buen nivel académico”, rememoró “Eddy” Quezada.
En la etapa de Pelícanos en la estancia Juvenil Mayor, consiguieron uno de sus mejores logros; el tercer lugar en un torneo a nivel estado. Después el club tuvo la oportunidad de participar en la categoría Cadetes de la Liga Premier Estatal donde quedaron dentro de los ocho finalistas; se resalta que la edad de los progreseños era 2 años menor que la de los demás participantes.
Lleva a conjunto femenil a torneo Nacional
La rama femenil tampoco es desconocida para Edilberto Quezada, la asociación PRO. De PRO. A.C. incursionó con muchachas en un torneo de Primera Fuerza.
“Junto con el profesor Lino Maldonado llevamos a unas jóvenes progreseñas a un buen nivel en la categoría estatal, por el dinamismo que desarrollamos tuvimos, por parte de la AFEYAC, el honorable cargo de llevar las riendas de la Selección Estatal Femenil de Primera Fuerza de Yucatán en el nacional de la categoría que se desarrolló en el 2007 en la ciudad de Tepic Nayarit”, dijo.
Al regreso a tierras yucatecas, Edilberto asegura que vivió uno de sus momentos más amargos como entrenador, la actividad con las femeniles y los varoniles lo llevaron a perder varios encuentros en la Primera Fuerza Estatal, pero con los muchachos, el desastroso resultado fue ver a los Pelícanos descender de dicho torneo tras quedar en los últimos lugares de la tabla porcentual. Al final decidió seguir sólo con la rama varonil.
“Para eso del 2008 vino el ocaso del equipo, más no el de mis pupilos, ya que por sus capacidades algunos fueron invitados a la Tercera División Profesional y a la Primera Fuerza Estatal, prácticamente me desmantelaron el equipo, los mejores jugadores emigraron y los equipos de alto reconocimiento del Sureste acabaron con la columna vertebral de Pelícanos”, expresó.
Fruto de ese trabajo sin descanso a lo largo de 10 años, fue la escuela que hoy día sigue vigente gracias a entrenadores que fueron moldeados por Edilberto Quezada como Hugo Navarro, “Hugol”, que ahora dirige el club Delfines y Christian Gerónimo Marín con Juventus Infantil.
“Otros frutos que dimos fue la participación de cinco jóvenes en Tercera División Profesional, de ellos dos llegaron a Segunda División Premier Nacional, tres son licenciados en Educación Física, hay un fisioterapeuta en la Guardia Nacional y varios profesionales en otras ramas, aunque creo que mi mayor logro es haber dado alegría a esas familias que iban a apoyarnos, que vitoreaban cada gol y cada atajada que nuestros arqueros ejecutaban”, aseguró.
Participante del plantel campeón del mundo sub-17
Es de resaltar que, en busca de mejorar su nivel como entrenador, el estratega consiguió de manera personal su constancia como parte del Sistema de Capacitación y Certificación para Entrenadores Deportivos que avala la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Comisión Nacional del Deporte; Edilberto Quezada de igual manera obtuvo el nivel 2 del Curso para Entrenadores del Sector Aficionado (CESA) que otorga la Federación Mexicana de Futbol.
Esto le valió la confianza de los organismos mencionados para llevarlo en el año 2004, para ser parte de un proyecto que encabezó José de Jesús Ramírez Ruvalcaba, “Chucho”, cuyo objetivo era encontrar una Selección Nacional que disputara las máximas justas deportivas de la especialidad en la categoría sub-17.
“Fui invitado por el profesor Marco Antonio Cerón a formar parte del cuerpo técnico como auxiliar, en lo que fue la delegación de Yucatán sub-16, estuvimos compitiendo varios días en el Centro de Capacitación Pegaso de la FEMEXFUT”, aseveró.
El resultado llegó: mediante varios meses de scouteo, se encontró a la plantilla que logró el Campeonato del Mundial de Perú en el 2005. De ahí saldrían figuras de talla internacional como el cancunense Carlos Vela, Héctor Moreno y Giovanni Dos Santos.
“De todas estas experiencias y anécdotas que me dio el futbol puedo hacer un balance positivo de mi afición. Me puedo tomar la libertad de enviar un mensaje a todos aquellos jóvenes que empiezan a entrenar niños: sean propositivos con ellos, respétenlos, no los comparen. No todos somos iguales. Denles confianza y alimenten su autoestima, recuerden que a esa edad los niños imitarán las actitudes y posturas de quien los dirige. Formen no sólo buenos jugadores sino también buenos ciudadanos”.
“Muchos hablan de hacer algo por México, yo creo que ahí hice mi parte, finalizó, mientras voltea a ver los trofeos y cuadros que adornan su negocio comercial ubicado en la avenida de la calle 31 de la colonia “Canul Reyes”.
SY