Renta de piscinas en Dzan, Yucatán, el nuevo atractivo entre pobladores

La Península de Yucatán se caracteriza por las elevadas temperaturas que imperan la mayor parte del año, las cuales en gran parte del Estado, en estas fechas, son superiores a los 35 grados y las máximas pueden llegar a rebasar los 40 grados. De ahí la arraigada costumbre en municipios como este, en que desde lejanas épocas los jóvenes buscaban algún lugar para refrescarse y escapar del calor en los días más calurosos del año.

Aquellos primeros días en que los jóvenes se lanzaban en bicicletas y muchos a pie, rumbo a las unidades de riego, los podemos ubicar a partir de la llegada de los primeros proyectos gubernamentales de irrigación del programa estatal de diversificación productiva, que buscaba aminorar los efectos negativos del monocultivo del henequén, la principal agroindustria yucateca en el siglo XX. Cuando en 1959 se dio prioridad al Sur de la entidad, creándose el único distrito de riego que existe en Yucatán, denominado Ticul, número 048, en el que se pusieron en marcha los programas de irrigación más grandes de la Entidad, dirigidos al sector ejidal, el Plan Chac y   el Plan Tabi.

Días en los que mayormente jóvenes varones arribaban a estos llamados “tanques” o “pilas” de gran tamaño, como se estila en esta parte del país, en que por unos centavos en aquellas épocas y luego ya más para acá por un peso o dos, se les permitía refrescarse en aquellas deliciosas aguas, donde ciertamente y en distintas épocas se suscitaron lamentables accidentes, dada la profundidad de aquellos “tanques”.

Ya para inicios de los años 80´s fueron varios los “parceleros” que, aprovechando las hondonadas naturales de sus terrenos y la disposición del agua para riego, comenzarían a construir modernas piscinas, las cuales al inicio se hicieron para uso familiar, incrementándose su número poco a poco, hasta llegar a ser ya poco más de 30 las piscinas que hay en la comunidad, de las cuales y a partir de la década de los 90s, comenzarían a rentarse de manera particular a familiares y amigos, para que ya a partir del nuevo milenio, se convirtiera en una costumbre entre muchas familias de la comunidad y municipios circunvecinos, rentar las piscinas de Dzan para venir con sus familias a pasar refrescantes  días de baño.

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JG