La investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE) sobre la agresión y amenazas de muerte de la canadiense Dawn Simmons, socia del restaurante Harlow, contra una menor de edad, se mantiene en total hermetismo. Mientras, ayer acudieron peritos de la Policía Estatal de Investigación (PEI) a la galería donde se suscitó el hecho. Trascendió, además, que se habrían aportado nuevas pruebas que demostrarían la responsabilidad de la extranjera.
Ayer se reabrió la galería donde se llevó a cabo el ataque a la menor, de nombre Ana, por parte de la mujer extranjera, mejor conocida como #LadyHarlow, que, presuntamente, le rompió la nariz; además de las amenazas de muerte que profirió, por lo que la afectada y su madre interpusieron una demanda por tentativa de homicidio.
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El personal de la PEI acudió a hacer un peritaje a la galería para constatar los daños que la mujer, de origen canadiense, habría también generado en el lugar al momento de la acometida, además de conocer a detalle la forma en que se dio la agresión.
Aunque la FGE ha manejado el caso con total hermetismo, se sabe que la parte afectada habría presentado nuevas pruebas a las autoridades, las cuales demostrarían la responsabilidad de la agresora. Además de lo anterior, la víctima presentó un audio que se hizo público y que da cuenta de las amenazas de muerte y agresión que sufrió.
Asimismo, en el lugar se mantiene una patrulla y vigilancia para seguridad de la gente de la galería, debido a que existe el temor fundado de que pudiera darse otro ataque.
La madre de la menor afectada y dueña de la galería, Carolina S., expuso ayer que confía en las autoridades para que se haga justicia y se finquen responsabilidades, dado que la agresión que su hija padeció tuvo una línea delgada entre la vida y la muerte.
Mientras tanto, el restaurante Harlow se mantiene cerrado porque después de la agresión que se dio, personal de Protección Civil y de la Secretaría de Salud de la Entidad procedió a poner sellos de suspensión por violaciones administrativas y a la Ley de Salud.
Carolina S. narró que hay inquietud porque en el restaurante Harlow hay cámaras de vigilancia del negocio que podrían estar sirviendo para monitorear lo que se hace en la galería, por lo que hizo un llamado a las autoridades a que no se desatienda el caso.
La galería reabrió y, expuso, hay todo un movimiento de la comunidad de extranjeros que se han solidarizado y se están haciendo guardias para que haya gente de apoyo en el lugar y prevenir cualquier posible agresión.
Reiteró que ella y su hija llegaron con la intención de llevar una vida apacible y abrir la galería, lo que lograron con mucho esfuerzo, pero nunca pensaron que en Mérida, siendo considerada una de las ciudades más seguras y tranquilas del país, sufrirían un ataque de esta naturaleza. Por ello, insistió en que se haga justicia para que no vuelvan a suceder situaciones similares.
JG