El jueves pasado se ejecutó en Yucatán la primera orden de aprehensión en el país contra un hombre por ejercer violencia digital, contemplada en la Ley Olimpia.
En el estado, esa ley entró en vigor el 1 de agosto del 2018; durante ese tiempo se han abierto 28 denuncias por ciberviolencia. Sin embargo, ninguna de ellas ha llegado ante los jueces de control, todas se encuentran en proceso de investigación sin detenidos.
Desde que entró en vigor en la entidad, ninguna persona ha sido sometida a proceso judicial por ciberviolencia. Esa ley contempla como delito exponer, distribuir, difundir, exhibir, reproducir, transmitir, comercializar, ofertar, intercambiar y compartir imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una persona, sin consentimiento.
En el estado, el castigo es de seis meses a cinco años de prisión y multa que va de los 100 a las 500 unidades de medida y actualización. Las penas aumentarán si la víctima es menor de edad o si el delito es cometido por un servidor público.
El Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana (Cepredey) el año pasado realizó un estudio y determinó que el 58 por ciento de quienes utilizan redes sociales han sido víctimas.
En el caso de los hombres, sufren burlas y acoso, en tanto que en las mujeres es el ciberacoso sexual. Facebook y WhatsApp son las redes sociales en las que se cometen los ataques con una mayor frecuencia.
A pesar de esta situación, el 98 por ciento de los presuntos delitos no se denuncia ante el Ministerio Público. De acuerdo con fuentes de la Policía Cibernética, la ciberviolencia es una realidad. Sin embargo, las víctimas no denuncian por vergüenza social o por desconocer que realmente existe una ley que castiga estos actos.
Maricarmen V.G. es una joven que en el 2017 fue víctima de violencia digital. Señaló que a través de las redes sociales conoció a una persona con la cual entabló una amistad, al cabo de las semanas se hicieron cibernovios, por lo cual le pidió que le enviara unas fotografías íntimas, tras su insistencia la muchacha accedió.
Con las fotos la comenzaron a extorsionar, así que denunció el hecho. Luego de los trabajos de investigación se detuvo al agresor. Se le pudo procesar con base en la ley de invasión a la intimidad, debido a que aún no existía la de violencia digital. La entrevistada expresó que es horrible e incluso, pasó por su cabeza el suicidio.
SY