Por segundo año consecutivo, a pesar de que este año tampoco habrá festejos patronales, un grupo de vaqueros participó en una cabalgata en honor al Cristo de Amor.
El grupo de vaqueros con sus briosos corceles, provenientes de Umán, Samahil y este lugar, recorrió varias calles de la comunidad y enfrente de la iglesia local descendieron con un Cristo tallado en madera.
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Los jinetes salieron de la comisaría de Tamchén, un lugar distante del centro de la población, y después de cabalgar algunas horas bajo los rayos del Sol del mediodía, llegaron hasta el templo católico, dijo Valdemar Ruiz, uno de los participantes.
El alcalde de esta población, Carlos Valentín Pech Dzib, quien tomó parte, dijo que esta es la segunda ocasión que se realiza este festejo a caballo, que ha llamado la atención de la población en general, además de que da vistosidad al festejo tradicional, que se suspendió por segundo año consecutivo a causa de la pandemia por el COVID-19.
La fiesta patronal del mes de mayo, en honor al Cristo de Amor, es una de las principales festividades de los kinchileños. Una vez frente la iglesia, algunos de los vaqueros participantes hicieron bailar a sus caballos con la música de un equipo de sonido, dijo Enrique Chay, otro de los integrantes de la cabalgata.
Posteriormente, la mayoría de ellos participó en una misa.
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JG