A finales de mayo, los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidirán si la mega granja que construyó Productora Alimentaría Porcícola (Papo) continúa o no operando en el municipio de Homún, situación que los integrantes de “Ka’ant Ts’onot” (Guardianes de Cenotes) esperan que sea favorable con su lucha.
El secretario de la agrupación, José Clemente May Echeverría, indicó que llevan cuatro años luchando y lo único que saben es que este mes o a más tardar a principios de junio, la SCJN dará su fallo, en el cual confía que sea a favor de su causa. “Porque sabemos que tenemos la razón y porque la ley nos ampara”, dijo desde el cenote Santa Cruz, donde labora.
El entrevistado mencionó que esta lucha social involucra no sólo a la agrupación, sino también al pueblo de Homún, la cual ha sido complicada. “Imagínate pelear contra el gobierno. Es algo que no es tan fácil porque ellos apoyan a los empresarios, no apoyan al pueblo, pero nosotros vamos a seguir luchando hasta que nos den la razón”, dijo.
May Echeverría explicó que si la granja vuelve a operar en lo que se termina el juicio que hay en su contra, la actividad porcícola cambiará el estilo de vida de los pobladores de este municipio que vive del turismo. “Antes vivíamos del henequén, pero ahora se vive del turismo y si la granja abre. Nos van a cambiar nuestro estilo de vida una vez más”.
Algo de lo que tampoco se habla es que Homún desarrolló su actividad turística por iniciativa propia, no por impulso del gobierno. “Don Doroteo abrió su cenote Balmín y luego todos empezamos a abrir nuestros cenotes poco a poco”, mencionó el hombre, quien apuntó que actualmente hay unos 23 cenotes abiertos para el el turismo nacional y extranjero.
Señaló que el resto de los cenotes están un poco retirados y en algunos casos inaccesibles, aunque dijo poco a poco la gente los está habilitando, porque se han dado cuenta de que pueden vivir del ecoturismo, tal y como lo hace él actualmente, y que supervisa, junto con otras personas, el funcionamiento del cenote Santa Cruz, a las afueras del pueblo.
Asimismo, dijo que un problema que no ha sido visibilizado es que mucha gente en esta comunidad aún ingiere agua de los pozos, líquido que extraen de los más de 300 cenotes que están debajo de la tierra, por lo que, si estos ojos de agua se contaminan, el vital líquido sería inservible para el consumo humano, lo cual es una preocupante de la población.
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Por su parte, Doroteo Hau, fundador de “Ka’ant Ts’onot”, subrayó que la lucha que ha emprendido el pueblo no la debieron emprender ellos. “Nos estamos poniendo una camisa que no nos corresponde, es del gobierno porque ellos saben cuáles son los males que puede provocar la granja”, dijo en el cenote Balmil, donde trabaja.
“Nunca imaginamos vivir de un lugar sagrado”
Debido a que Homún vive del turismo, el entrevistado indicó que el pueblo está en contra de la granja porcícola, no sólo porque quiere evitar que el agua se contamine. “También debemos defender el área donde estamos trabajando. Hace 10 años que tenemos este tipo de actividad que nos tiene regalado Dios y debemos cuidarlo”, mencionó.
Confesó que los pobladores de Homún nunca se imaginaron depender del turismo, porque existe mucho respeto hacia estos cuerpos de agua. “Son templos de los antiguos abuelos, son espacios donde hicieron rituales, ofrendas y es algo que respetamos, pero violamos las leyes, porque no hay otra actividad de la cual podamos vivir”, remarcó.
Cuestionado sobre esas leyes, Doroteo Hau explicó que gira en torno a su creencia “de que estos lugares son sagrados, porque así nos lo tienen dicho. Sea así o no, nosotros seguimos con nuestra cultura. Cuando abrimos un cenote no sólo lo hacemos, tenemos que hacer la ofrenda que ellos nos tienen enseñado”, dijo.
“Nosotros seguimos respetando nuestra cultura. Tenemos que hablar con padre maya para que ellos hablen con los dueños de los cenotes, que es Dios, pero nosotros también seguimos creyendo que los dueños son los aluxes”, comentó don Doroteo, quien indicó que también cuentan con otras creencias que respetan.
Al respecto, dijo que, si ven a una culebra o cualquier otro animal dentro de estos cuerpos de agua, no los matan, “los retiramos porque nos tienen dicho que son los dueños de los cenotes, porque si los matas, te mueres tú. Cuando vemos algo extraño, mejor lo retiramos y eso hace sagrado estos lugares”.
Comentó que esa cultura se la están enseñando a sus hijos y a sus nietos, porque a pesar de que él sabe que está “violando” las leyes de sus antepasados, “sabemos que es para vivir, para comer y en Homún, aunque no trabaje como guía o en los paraderos turísticos, tiene venta de comida u otras cosas por los turistas que llegan”.
“Sabíamos contra quién íbamos a luchar”
Por lo anterior, dijo que es triste que las autoridades tengan el conocimiento del daño que provocaría la granja y aún así no hagan nada. “Nosotros cuando empezamos esta lucha, sabíamos con quién nos íbamos a meter. Nos estamos metiendo con el gobierno, nos estamos metiendo con personas muy poderosas que tienen muchas influencias”.
Don Doroteo indicó que la causa legal que ellos emprendieron con apoyo del Colectivo Indignación, va por buen camino y que la lucha que han emprendido para cuidar el agua no ha pasado desapercibida, sobre todo porque existe un problema de desabasto del vital líquido en otras partes de la República Mexicana.
“Estamos en una lucha y no es justo que nos tilden de agitadores. No es cualquier cosa lo que estamos defendiendo”, comentó el mayahablante, quien mencionó que han recibido apoyo de expertos en el tema. Incluso dijo estar a favor de compartir el agua con aquellas regiones que no tienen, siempre y cuando no se contamine el vital líquido que defienden.
El entrevistado mencionó que algo que sí le dolió fue cuando los abogados de Kekén le comentaron, que la granja tendría planta de aguas residuales para que pueda reusar o beber la gente como está acostumbrada, para lo que respondió: “Tome usted esa agua. Si a usted le gusta el agua tratada, que la tome. Nosotros no, en mi pueblo no harán esto”.
En dado caso la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgue un fallo en contra de “Ka’ant Ts’onot”, don Doroteo mencionó que la lucha continuará, porque no sólo le compete a su persona. “No es una lucha para mí que tengo 62 años y que en cinco o 10 años ya me fui. Estamos luchando por los niños, por mis nietos, por esa agua que ellos deberán cuidar en el futuro”.
Señaló que no aceptarán un fallo en su contra, porque saben que la granja es una bomba de tiempo que va a estallar. “Nosotros estamos preparados en dos cosas. Podemos tener una alegría el día que los magistrados digan que Homún tiene la razón, pero si dicen que la granja se puede abrir, un servidor y el pueblo de Homún no lo vamos a permitir”, dijo.
Explicó que defenderán el agua a capa y espada y si deben prender la chispa para otro tipo de acciones, tal y como realizaron sus antepasados durante la Guerra de Castas, lo harán. “No haremos una guerra; emprenderemos una lucha para defender el agua. Si tenemos que morir, lo haremos, porque ya hicimos todo legalmente”, señaló don Doroteo.
aarl