Aunque todavía no se define el futuro de la mega granja porcícola que está a las afueras del municipio de Homún, la mayoría de la población dijo estar en contra de una posible reactivación del proyecto, debido a que se pondría en riesgo su salud, así como sus fuentes de trabajo, los cuales están vinculados al atractivo de los cenotes.
Y es que la pandemia del COVID-19 le demostró a esta comunidad maya del estado que dependen de los turistas locales, nacionales y extranjeros, así lo mencionó María Pacheco, madre de una niña de año y medio, quien indicó que la afectación de la contingencia sanitaria hizo que personas que decían no depender del turismo, pidieron ingresar a este segmento.
La entrevistada, quien además es mototaxista, mencionó que está en contra de la reactivación de la granja porcícola que construyó Productora Alimentaría Porcícola (PAPO), ya que la fuente de trabajo de muchas familias se vería en riesgo si el agua de los cenotes está contaminada, por lo que dijo que el municipio está ligado a esta red de ojos de agua.
“Yo estoy en contra porque de los cenotes vivimos. Muchos que decían que no viven del turismo, se dieron cuenta durante la pandemia del COVID-19 que realmente de los turistas vivimos. Si abre la granja, con tanto excremento y orín de cerdo, todo eso se irá al suelo y ese desperdicio irá a los cenotes”, mencionó María.
Expresó que actualmente la situación con el turismo no es la mejor, algo que entiende porque la contingencia sanitaria continúa. “Ahorita no es como antes, que si se llenaba bastante. Ahora ni en vacaciones llega la gente por la pandemia, lo cual nos ha afectado muchísimo a todos”, indicó María. “Todo el pueblo depende del turismo”.
La entrevistada comentó que la economía del pueblo gira alrededor de los cenotes. “Aunque muchos digan que no de eso viven, si un turista no viene y no te consume, tú no vendes. Aunque alguien haga chicharrones para todo el pueblo, si la gente no tiene dinero, ¿quién te lo compra? Tuvo que venir el turista a reactivar”, dijo.
“Esperemos que no abra la granja porque eso hará que apeste el pueblo y ningún turista querrá venir a Homún”, explicó María, quien apuntó que otro tema delicado que se debe considerar es que todavía existe mucha gente que consume agua de pozo directamente, ya que no todos cuentan con los recursos económicos para comprar agua purificada.
Mario Antonio Caamal Estrella, quien es mototaxista y guía de turistas, explicó que está en contra de una reapertura de la granja porque los cenotes se contaminarían y su fuente de trabajo estaría en riesgo, ya que los turistas dejarían de llegar y, aunque está bajo por la pandemia del COVID-19, confía en que el turismo se recuperará muy pronto.
Indicó que su trabajo consiste en llevar a los turistas, a uno o varios de los pocos más de 10 paradores turísticos que hay, y por la pandemia, si antes realizaban entre tres y cuatro viajes, actualmente realizan uno al día, aunque también es sincero y señala que hay días en que no hacen un viaje. “Está un poquito bajo ahorita. Llorando agarramos un viaje”.
“La gente depende del turismo, no sólo nosotros los mototaxis, ya que también hay gente que trabaja en los paradores turísticos o vendiendo comida. Todo está vinculado al turismo”, mencionó Mario, quien además señaló que entre todos intentan cuidar el agua de los cenotes, porque es un recurso natural importante para el pueblo.
Otro de los motivos por el cual la gente no quiere que reabra la granja, es porque muchos todavía siguen consumiendo agua de pozo, lo que provoca que Mario, así como otros guías de turistas, le comenten a sus clientes que no se pueden meter al agua, porque esos químicos afectarían la calidad del líquido, lo que perjudicaría la salud de quienes la ingieren.
“No nos conviene que abran la granja, porque contaminaría muchos cenotes, porque todos ellos están conectados y la mayoría del pueblo utiliza la santa agua para lavar ropa, para bañarnos, para tomarlo, además de que mucha gente sigue visitando los cenotes”, comentó Francisco León Soberanis, quien es campesino y guía de turistas.
El hombre mencionó que él tiene su pozo en su casa y de allá él saca agua para beber, algo que muchas personas del pueblo replican, por lo que, aunque los empresarios o los directivos de PAPO digan que no se contaminará, él sabe que no es así. “La santa tierra tiene grietas y por allá se filtrará el excremento y nos contaminará el agua”, señaló.
Dijo que, por ese motivo, mucha gente de Homún no está de acuerdo con la granja, además de que han visto en el ecoturismo una oportunidad de generar ingresos, ya que, en su caso, si el turismo no existiera, estaría sin trabajo. “De chapear, de albarradear no ganamos lo mismo porque al día ganamos 70 u 80 pesos”, indicó Francisco.
“Aquí el agua no se cobra, pero porque tenemos pozo, pero si no tuviéramos, me imagino que sí nos lo cobrarían”, mencionó el hombre, quien remarcó que si la granja abre los afectaría, ya que se encarecería la vida porque deberían pagar por agua potable, así como la purificada, algo que muchas personas en Homún no ganan para eso.
León Soberanis mencionó que lo único que desea él y su familia es que el agua no se vea afectada. “A nosotros no nos importa que se abra o no, al contrario, me imagino que para nosotros sería un favor (que abran la granja), porque habría trabajo, pero pues otro punto, si se llega contaminar nosotros nos fregamos”, explicó.
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JG