La escasez de lluvia ha ocasionado la poca floración de las plantas, así como ha sido un factor detonante, por el cual se ha visto un alto precio en la compra del kilo de miel en distintos centros de acopio de este producto, en la villa de Peto.
Los apicultores han dado a conocer sus afectaciones y las carencias que han pasado durante todo este año de pandemia. “Nos hemos quedado sin el capital para invertir en nuestros apiarios. Hay amantes de lo ajeno que se vinieron a adueñar de nuestras colmenas. Hay mucha sequias. En años pasados estuvo muy barato el kilo de miel y a veces no lo compraban por la humedad”, fueron comentarios obtenidos por un grupo de apicultores conocidos en el municipio.
Se tuvo la oportunidad de entrevistar al propietario del centro de acopio “El campesino”, Abraham Ruiz Ake, y comentó lo siguiente: “este año, apenas nos queremos medio recuperar. El año anterior, mis amigos apicultores se vieron afectados por la pandemia, debido a que se cerró el acceso al municipio. También se regularizaron horarios de entrada y salida del municipio. Las compañías exportadoras nos dejaron de comprar la miel por temor de que estuviera contaminada. Todo se pausó debido a la pandemia. Muchos apicultores se vieron a la necesidad de dejar al descuido sus colmenas. Son tantos factores que influyeron para llegar a detener gran parte de la producción de miel”.
Ruiz Ake añadió que fue uno de los empresarios que le hizo frente a la pandemia, y cuando se daba la oportunidad, veía la manera de cómo ayudar a la mayoría de sus amigos apicultores. “Mi economía estaba por los suelos, pero también noté la necesidad en ellos. Conforme fue avanzando la pandemia buscaba la manera de cómo invertir el tiempo y cómo capacitar a los productores de miel. Me di la tarea de impartir cursos y capacitación sobre la producción de miel, también sobre el manejo de plagas, al igual que me comprometí a crear conciencia para evitar el uso de productos químicos en nuestras colmenas”, comentó el propietario del centro.
Según comenta, en enero del año en curso, el precio de la miel estaba por los suelos. No habían otorgado los permisos necesarios para la exportación de miel, y el producto no tenía tanto precio en el mercado, al respecto explicó: “a principios de año, muy pocos apicultores me trajeron su producto. Les comentaba sobre el valor asignado, y por lo mismo, algunos hasta se desanimaron a seguir. El precio de la miel era de 30 pesos por kilo y ahora es de 55 pesos por kilo, sin importar los grados de humedad de este fluido dulce”.
El propietario del centro de acopio indicó que de marzo a mayo se ha obtenido muy buena respuesta por parte de sus compañeros productores de miel, pero se dio la tarea de extender su centro de acopio, y visitó varias localidades vecinas como son: Timul, Tzucacab, Ichmul, Chikindzonot, Tahdziú, Xoy y Chacsinkín; esto debido a que, la gran mayoría de lugares que se dedicaba a este sector, decidieron dejar de llevar a cabo la práctica de la apicultura.
Las floraciones de este año varían, sin embargo, Ruiz Ake recomienda a todos sus colegas apicultores no usar químicos en sus colmenas, para así obtener una miel 100 por ciento orgánica. También los invita a no darse por vencidos si notan sequías intensas o poca producción de este fluido y, sobre todo, tener en cuenta que el precio de este producto es variable en este giro económico.
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JG