A diferencia del vecino estado de Quintana Roo, donde se han endurecido nuevamente las restricciones de movilidad social y redujeron las actividades económicas por un aumento en los contagios de COVID-19, en Yucatán las medidas tomadas por el gobierno estatal han sido firmes y constantes, lo que ha evitado el desbordamiento de los servicios hospitalarios y permitido una reapertura económica y social controlada.
Luego del anuncio del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, de cinco nuevas medidas restrictivas ante lo que llamó un “panorama no alentador”, los quintanarroenses deberán volver a un confinamiento parcial que incluye cierre de avenidas, supervisión de horarios y aforos, suspensión de reuniones sociales y restricciones de entrada y salida en eventos de negocios, competencias o congresos.
De no acatar esas medidas se podría llegar a la imposición de multas y clausuras y, en caso de agravarse la situación, volver al semáforo rojo, lo que implicaría el cierre total de actividades.
En Yucatán, en cambio, se observa un panorama muy diferente y alentador pues las medidas que se tomaron en cuanto a restricciones de horarios de trabajo, de movilidad vehicular y de tránsito en algunas zonas del centro, así como el uso obligatorio y correcto de cubrebocas e higiene, mantienen al Estado en semáforo amarillo y con amplias libertades para las actividades de las y los yucatecos.
A eso se suma la gran responsabilidad y seriedad con la que los ciudadanos se han comportado, respetando todas las indicaciones dadas por las autoridades estatales y sanitarias, haciendo un uso responsable de su movilidad y de las actividades que incluyen interacción social. Se suma el avance en la aplicación de las vacunas contra el coronavirus entre la población más vulnerable, gracias a que el gobierno estatal ha mantenido un gran trabajo de coordinación, tanto con el gobierno federal como con los municipales.
Asimismo, ha habido un trabajo conjunto con los expertos en salud y epidemiología que, en unión con integrantes de otros sectores sociales y productivos, ha permitido al gobierno estatal tomar decisiones adecuadas para una reapertura económica controlada y segura.
Ante lo que acontece en Quintana Roo, la recomendación de las autoridades estatales es mantener estrictamente las medidas para una reapertura gradual y segura, el uso correcto de cubrebocas y el distanciamiento social sanitario que evita que haya un aumento en los contagios y las hospitalizaciones y así mantener el camino correcto a la normalización.