La contaminación del acuífero del estado, en especial del área denominada Anillo de Cenotes, es un tema que genera preocupación y, ante este problema, Sayda Rodríguez, titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), señaló que uno de los pendientes de la dependencia es terminar el programa de manejo de la Reserva Estatal Geohidrológica.
Entrevistada, luego de un evento oficial al Norte de Mérida, la funcionaria estatal explicó que dicho programa, una vez terminado, establecerá cuáles son las acciones que protegerán dicha reserva, así como las actividades que promoverán la prevención, conservación y el uso sustentable del área. Motivo por el cual, señaló,“es importante concluir con el programa mencionado para evitar la contaminación”.
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Aunado a lo anterior, indicó que se debe retomar el programa de certificación de cenotes turísticos en la Reserva Estatal Geohidrológica, cuyo objetivo es regular estos paraderos turísticos y buscar que tengan estándares de calidad, para prevenir que estos cuerpos de agua se conviertan en fuentes de polución por la actividad turística de la zona.
Rodríguez Gómez recordó que la contaminación del acuífero puede ser por lixiviación de residuos líquidos, por descarga de aguas negras, incluso por cuestiones naturales como el excremento de las aves que entran a estos cuerpos de agua. Aunque no lo comentó como tal, otro factor contaminante son las granjas porcícolas que hay en la entidad.
De acuerdo con el informe“Contaminación del Acuífero Maya”, realizado por el Colectivo Indignación, la dependencia estatal debería realizar una revisión exhaustiva de cada una de las granjas de cerdos que hay en el estado, ya que estos criaderos son los principales causantes de la contaminación del manto freático, y por consiguiente, provocan altos riesgos para la salud pública.
Sobre este tema, la entrevistada explicó que, a pesar de la pandemia del COVID-19, la Secretaría ha revisado Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA), donde han procurando reforzar la normatividad aplicable a los manifiestos, para prevenir cualquier posibilidad de contaminación.
Sayda Rodríguez dejó en claro que no es que la dependencia permita o no los megaproyectos. “Debemos hacer valer la Ley. Nosotros estamos obligados, por una parte, a evaluar cada proyecto que ingrese y por eso debemos ser muy objetivos en el cumplimiento de la legislación”.
Asimismo, señaló que cuando un proyecto de cualquier tipo y sector cumple con la normatividad, así como muestra las garantías de prevención, control y mitigación de los impactos asociados “otorgamos lo que compete”, y agregó que, además, se deben llevar a cabo consultas en territorios indígenas.
“Las autoridades competentes deben crear un sistema de monitoreo e inspección de la calidad del agua, tanto estatal como nacional, que permita evaluar el grado de contaminación y su comportamiento a través del tiempo. No basta sólo con evaluar la contaminación y sus impactos acumulativos”, se puede leer en el documento.
El informe presentado anteayer por tres expertos en la materia, refiere que el manejo que se ha dado a la porcicultura y a las aguas residuales generadas por este sector ha sido perjudicial en términos tanto ecológicos como sanitarios, debido al escaso o nulo tratamiento de las aguas residuales y su inadecuada disposición final.
“Las causas de los problemas más graves son tanto la trasmisión de gérmenes patógenos que contaminan las aguas subterráneas y superficiales como la intoxicación del suelo superficial. Se contamina el aire por olores, lo cual tiende a atraer especies ajenas e indeseables que alejan a las propias del lugar”, dice el texto.
Además, el reporte menciona que los cerdos producen gases y ruidos, que también representan problemas ambientales, y todas esas afecciones que pueden generar rompimientos de las tramas ecológicas que dan soporte al ecosistema, hasta provocar la extinción de especies locales.
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GH