Yucatán

Niño de 11 años trabaja como albañil para ayudar a su familia en Tizimín

En Yucatán, el 11 por ciento de los menores entre cinco y 17 años labora por necesidad, según un estudio del Inegi
El pequeño sueña con ser médico o maestro en un futuro, pero ahora hay muchas carencias en su casa / Raquel Huerta

Más de 42 mil menores de entre cinco y 17 años de edad, en la entidad, trabajan por necesidad, lo que representa el 11 por ciento de ese grupo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).

En lo que respecta en la ciudad, existen grupos de niños y jóvenes en ese grado de edad que invierten tiempo en sus actividades escolares y trabajan con la finalidad de apoyar en los gastos del hogar, mientras que otros lo hacen por obtener sus “gastadas”.

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Claro ejemplo de ello es el menor J. A. K. C., quien con 11 años de edad cursa el sexto grado de primaria, y comenta que aprovecha el tiempo que tiene en apoyar a su abuelo en los trabajos de albañilería, debido a que ahora las clases son a distancia, y le queda tiempo para hacer la tarea y trabajar, y de esta manera poder comprar su vestimenta.

J. A. dijo que a él le gusta trabajar, pero eso no significa que esté dejando a un lado sus deberes y obligaciones como estudiante.

Expresó que ha pensado ejercer una profesión el día de mañana, ser maestro o médico, pero ahora por las carencias que enfrenta su familia, está en sus manos apoyarlos, aunque sea con pocos centavos.

Recalcó que ir a la escuela es su prioridad, pero también apoya a su papá, cuando lo necesita, porque aprende cómo construir una casa, cómo preparar la mezcla con cemento, polvo, cal, picar las piedras, medir, entre otros, y que el día de mañana le pueda servir, porque “en esta vida se necesita aprender de más cosas”, platicó.

Por su parte, Emilio Ku dijo que desde 1975 trabaja como albañil, lo que le ayudó a sacar a sus tres hijos adelante.

Comentó que uno de ellos continúa su ejemplo y además sus nietos, como J. A., lo ayuda como chalán en la preparación de mezcla, picar las piedras o acarrear bloques.

Conversó que desde muy chico le gustó el trabajo y que ahora que lo quiere hacer no hay que negárselo, para que aprenda y quizás el día de mañana le pueda servir.

“Me da gusto que hay jóvenes que vienen a pedirme trabajo como albañil, debido a que están enfrentando necesidades. Hay falta de empleos, pero por mi situación, que por mi edad casi no me dan trabajo, no puedo ayudarlos”.

(Raquel Margarita Huerta)