El delegado del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) en Yucatán, Eduardo López Calzada, señaló que el trabajo de prospección y salvamento que se hace en la ruta del Tren Maya se realiza con apego a una metodología científica, cuidando la reglamentación de la dependencia. En ese sentido, aseguró que se informa permanentemente de los hallazgos, por los cuales hay un mecanismo de resguardo para el traslado de los materiales a lugares seguros.
Por ende, consideró que es inexacto y carece de fundamento el señalamiento de la según la Asamblea de Defensores del Territorio Maya “Múuch Xíinbal”, con respecto al manejo “opaco” de más de 10 mil piezas que se han rescatada como parte del proyecto.
“Siempre hemos sido muy cautos con este tipo de información. Somos muy escrupulosos de dar a conocerla hasta en tanto pase por laboratorio y se certifica la información por las áreas normativas. Lo anterior, es precisamente para evitar especulaciones que se pueden producir por gente que no es especialista”, señaló.
El experto expuso que el proyecto es manejado a nivel central, pero aseguró que en los temas arqueológicos y de salvamento hay una metodología de investigación que se procesa a través de tres momentos: la realización de un proyecto de prospección y salvamento, el trabajo de campo, y el análisis de todos los materiales.
“Es claro para nosotros que toda la información que se produce con estos salvamentos se tiene que depurar en laboratorio. Actualmente estamos en la fase de prospección, la cual se inició con el salvamiento en algunos tramos. Por lo que llama la atención que se maneje un número en las declaraciones, cuando este se tendrá hasta que se procese la información”, aseveró.
“Por lo pronto, yo no puedo contrastar si son pocas o muchas piezas. Esto tiene que ver con quién lo dice y cuál es su fuente, porque hay que esperar los resultados del laboratorio, a cargo de doctor Manuel Pérez, quien es el responsable del proyecto. Esas son las cifras oficiales que habrá que tomar en cuenta y lo demás me parece que es una especulación”, agregó.
Expuso que el INAH siempre ha sido muy cauto en el manejo de esta información “y somos muy escrupulosos de dar a conocer hasta en tanto pase por laboratorio y se certifica la información por las áreas normativas, precisamente para evitar especulaciones que se pueden producir por gente que no es especializada”.
López Calzada señaló que la cifra puede estar por encima de lo que se mencionó, en función de que el proyecto va avanzando muy rápido en todo lo largo de la vía que contempla el proyecto.
“Incluso puede ser una cifra mayor de monumentos arqueológicos o bienes muebles, hablando de piezas arqueológicas, pero a veces se confunde eso entre piezas y arquitectura, basamentos, etcétera. Pero, repito, no es menester del instituto, respetando opiniones, ya que la información oficial se da a través de boletines y mecanismos académicos, una vez que ya fueron procesados los datos y dictaminados por las áreas normativas”, dijo.
López Calzada comentó que hay un proceso permanente de comunicación e información del trabajo que se hace, por lo que dijo las declaraciones vertidas por “Múuch Xíinbal” son “polémicas e innecesarias”, porque hay que esperar los tiempos que marca la investigación.
“Hay un proyecto claro que se aprueba por un consejo nacional, que es el organismo responsable del instituto. Se avala la intervención al patrimonio arqueológico, luego se hace toda la logística y programación, de coordinación y demás. Ya después se trabaja en el campo, que es lo que se hace y se ha estado informando a través de los mecanismos del INAH, con respecto al avance de los tramos de prospección y algunos de salvamento que ya se iniciaron en los cinco tramos que está dividido el proyecto del Tren Maya”, comentó.
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El delegado del INAH destacó que el trabajo se hace en campo, pero a la par con el que del laboratorio, para procesar los datos. Por lo anterior, mencionó, existe un mecanismo de resguardo para el traslado de los materiales, a lugares seguros en campamentos en oficinas, donde se van concentrando. Aseveró que existe personal que está trabajando en la depuración de los mismos, la clasificación, tipología, el registro, en una base de información profesional y científica.
“Y una vez que se depura todo eso, se genera una numeralia más precisa. Cuando ya se dictamina esa información por las respectivas áreas normativas, se da a conocer. Lo demás son especulaciones de un tema, que si bien es sensible, eso no significa que el INAH se aparte de los procedimientos que han caracterizado su labor durante muchas generaciones, si de algo nos conocen es de ser escrupulosos”, insistió.
aarl