Comerciantes dedicados a la venta del pescado en el zoco y dueños de pescaderías del primer cuadro, declararon que la venta del producto marino, pese a encontrarse fuera de veda (como en el caso del mero) y a pesar de estar en época de vacaciones de verano, las ventas no han tenido el alza esperada. Los entrevistados señalan que parte de la causa puede ser el efecto de la pandemia en la economía, así como el poco interés del progreseño y el turista por entrar al mercado.
A diferencia de años anteriores, cuando la venta era a clientes de distintas partes del país y extranjeros que iban en busca de un producto más fresco que el que comúnmente se encuentra en las franquicias de supermercados, por segundo año consecutivo tanto Semana Santa como el verano, pasaron desapercibidos para quienes se dedican a este giro comercial.
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“No es lo mismo, la economía no alcanza para adquirir productos cuyos precios se mantienen arriba de los cien pesos, posiblemente el cazón sea el producto preferido por mantenerse entre 80 y 90 pesos pero las visitas han sido pocas, el cierre del malecón y la falta de turismo pega parejo”, indicó la vendedora Gema Ortega.
La locataria añadió que otra baja que se ha registrado es la de la producción por parte de congeladoras y pescadores independientes, pues pasan hasta semanas enteras en que los exportadores no acuden al mercado “Francisco I. Madero” para ofrecer el producto a los comerciantes.
Tal como dimos a conocer en días pasados, la pesca del mero en el 2020 para Yucatán finalizó con una producción de 5 mil 551.90 toneladas en peso vivo y valor de 335.74 millones de pesos. En este 2021, se prevé que la marca sea equivalente, pues en sondeos pasados, los hombres de mar declararon traer cargamentos durante viajes de 20 a 30 días, por debajo de la tonelada.
El comentario es compartido por Miguel Cauich, quien incluso menciona que tras el arribo del Carnival Breeze se esperaba una afluencia similar a la que se obtenía en los días de crucero de hace tres años, pero junto con la falta de norteamericanos en el mercado, está el miedo que también el progreseño tiene para acercarse al inmueble.
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“Se piensa que el mercado es foco de infección y es posible contagiarse, cuando en realidad existe mucho cuidado por nuestra parte y la administración. Con nosotros viene la misma gente que está acostumbrada a comer o comprar aquí, ya se fueron los días en que se esperaban temporadas vacacionales, tiempos donde se adquiría el pescado por cantidades de hasta 30 kilos para que sean llevados a las casas por las familias que arman sus convivios”, rememoró.
GH