Restauranteros del Malecón y puertos aledaños exigen a las autoridades realizar una inspección en los más de mil establecimientos dedicados a la venta de productos marinos, pues por medio de las quejas de turistas, se confirmó que hay establecimientos que expenden filete de basa o pez gato, el cual se caracteriza por ser de baja calidad y con un precio de hasta 60 pesos el kilo, aparte de que su ingesta podría causar severos problemas gastrointestinales.
“Nos llamó la atención que, desde mitad de las actuales vacaciones de verano, mucha gente nos pidiera que enseñáramos los filetes crudos que iban a degustar. Posterior a ello, empezamos a notar cada vez más evidencias sobre la venta de basa que algunas pescaderías pequeñas le ofrecen a la gente, engañándolas con que se trata de pescado tipo mero o mojarra”, indicó el empresario y extitular de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en el puerto, Víctor Nicoli Muñoz.
El restaurantero se muestra en contra de la venta de basa a través del engaño, aunque este puede ser adquirido también a través de franquicias: “parte del problema es ese, que puedes ir a Costco o un Sams Club para comprarlo. Pienso que los dueños de las pescaderías adquieren el pez gato para deshacerse de un gasto extra, aquí en “carabela” se emplea hasta un gasto de 10 mil pesos semanales solo por eso, con la basa casi me ahorraría hasta un 70 por cierto”.
Mismo caso relató Ricardo Flores Chan de “Capitán Flores”, en Chicxulub Puerto, comisaría donde las quejas y la presencia de clientes ariscos por saber que van a consumir se han vuelto parte de su jornada.
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“Por pandemia nuestra venta evoca en estos días el servicio a domicilio, pero si hemos notado que nos preguntan qué tipo de pescado es y si cumplimos con estándares, entre otras cuestiones. Mucho se habla de la venta se basa en la periferia de Chicxulub, no me extrañaría que esa sea la razón”, precisó.
El titular de dicho restaurante mencionó que la basa también es favorita de muchos restauranteros por sus promociones, ya que da paso al regateo, como lo es, por ejemplo, la adquisición de seis kilos en 60 pesos, pero que al ser 10, el precio ronda hasta en 45 pesos. Esta variación no se lleva a cabo con especies endémicas.
Emmanuel Flores de “Los Barriles” establece que fue la información en el tema, lo que hizo desistir de comercializar con el pez gato, por lo que exhorta a sus colegas de oficio a hacer lo mismo: “pido asegurarse de que es lo que venden, estas especies se crían en granjas con base en una mala dieta. Manejar o vender la basa no es motivo de clausura, se habla que puede estar infectado o en mal estado el filete, pero lo cierto es que tiene que pasar ciertas pruebas de calidad para poder comercializarse y eso no se ha regulado hasta cierto punto”, indicó.
“La gente no sabe cómo diferenciar entre la basa y filete de calidad”, afirmó. Y es que prueba del gancho económico de la basa para las pescaderías consiste en que, por ejemplo, 10 kilos de mojarra cuestan a los restaurantes entre mil 500 y mil 800 pesos, cuando la misma cantidad, pero en basa solo propiciaría un gasto de entre 400 y 600 pesos.
“Aquí en Chuburná y Chelem, desde hace mucho ha existido esta práctica, yo en mis inicios, hace como 15 años, lo hice. Cuando uno empieza un negocio no hay mucho presupuesto y la basa se vuelve una opción, afortunadamente nos ha ido bien y con la información de las autoridades sobre esta especie, desde hace una década, prefiero gastar a estar envuelto en un problema por un cliente que se intoxique”, externó el microempresario Manuel Galaz Uc.
El también pescador considera que la práctica se volvió más habitual hoy día esto porque la afluencia cada vez es mayor y las deudas que la pandemia trajo desde el mes de marzo de 2020 apenas van relegándose. “No pasamos por buen momento en la pesca y en el turismo. Ahora parece que todo cambió con la temporada de pulpo y las visitas en los puertos, y es que desea cambiar la cosa, pero eso no sucede porque sigue habiendo mucho oportunista. Aquí al negocio incluso han venido a ofrecerme la basa, por supuesto, doy una respuesta negativa”, comentó.
El comerciante, por último, previene a los futuros visitantes a cerciorarse del color pálido de sus platillos, así como a percatarse de que la carne no es gelatinosa o pegajosa al momento de estarse procesando en la boca, pues dichas características son típicas de la basa.
“Desgraciadamente el turista que no viene de puerto se va con la finta que está consumiendo un empanizado de mero o un mojo de ajo con mojarra, cuando en realidad es basa lo que les sirven por precios que rebasan hasta los 160 pesos, eso debería castigarse, por eso pido a todos aquellos que hayan tenido la mala fortuna de toparse con gente que no tiene ética, a demandarlos”, agregó.
Los restauranteros también coincidieron en que las visitas a cargo de la Procuraduría Federal del Consumidor, se hacen hasta dos veces por año, pero la vigilancia recae en cumplir con los precios establecidos para el comercio o si las basculas no están alteradas, pero no en verificar que al público se le otorgue un filete de pescado de baja calidad cuando en mostradores hay otro tipo de publicidad.
Cofepris realizaría inspección
Por su parte, Harly Vanesa Alcalá Días, titular de la Dirección de Salud Municipal, confirmó que ha registrado un aumento exponencial de pacientes que acuden con problemas gastrointestinales, aunque no específicamente por haber ingerido basa en algún restaurante de la ciudad.
Ramsés Moguel Méndez, epidemiólogo y titular del Centro de Salud con Servicios Ampliados, declara que, aunque no han tenido un realce de pacientes con problemas de este tipo, se encuentran en previo análisis de los casos que pudieran llegarles, debido a los rumores sobre la presencia se basa en la entidad.
“En estos momentos vamos a actuar conforme a los protocolos que establece la institución, por ejemplo, si llegara hasta una pareja con gastroenteritis habría que darles seguimiento a través de un estudio epidemiológico en un expediente que agendaría situaciones relacionadas”, explicó Moguel Méndez.
El entrevistado también señala que, como medida precautoria, se enlazaría dicho expediente y se reportarían casos futuros a la Secretaría de Salud del Estado, quienes informarían a Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios, pues este organismo es quien tendría a cargo una inspección cuidadosa en los establecimientos que sirvan productos hechos con ejemplares del mar.
Este mismo organismo en años anteriores ha relacionado a la basa con ciertos niveles de mercurio, a pesar de sus bajos niveles de grasa que no llegan ni a un cinco por ciento; siendo un peligro latente para el ser humano, pues su organismo no es capaz de desecharlo.
El doctor Eloy Alcalá Solís indicó que el pez gato posee una seria carga de parásitos que, de acuerdo al organismo de quien ingeniera un platillo relacionado con la especie, podría causarle desde cólicos, náuseas, vómitos, diarrea, eritema (piel roja), hasta síntomas de intoxicación más grave como dificultad para respirar.
“Se recomienda no consumir este tipo de alimentos, pues a veces tampoco se sabe si han estado en contenedores sin medidas higiénicas o si los métodos de preparación son los adecuados. En caso de resultar afectado tras una ingesta, lo recomendable es ir a un especialista, porque un mal tratamiento o mantener las molestias podría desembocar incluso a una muerte”, explicó el galeno.
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El pez gato se conoce por su nombre científico como pangasius hypophthalmu, se le considera un ejemplar de agua dulce el cual posee un tamaño de entre 84 y 91 centímetros, pero puede llegar a medir hasta 1.33 metros y pesar 44 kilos. Análogamente, conserva una alta fecundidad, pues una hembra puede dejar hasta 50 mil huevos por kilogramo en el desove.
GH