Yucatán

Tormenta Tropical Grace deja bajo el agua a cultivos de Dzonotchel, Yucatán

La vida del campo es difícil, pues los agricultores luchan cada año contra la naturaleza, pero ella siempre gana y a los campesinos solo les queda volver a empezar
Al igual que su cultivo, la vivienda en donde cría cerditos, gallinas y pavos, también acabó bajo el agua / Uriel Fernández

Agricultores de la comisaría de Dzonotchel perdieron decenas de hectáreas de cultivos luego de que estas quedaran bajo el agua, como parte de las afectaciones que causó el paso de la Tormenta Tropical Grace, por los municipios del cono Sur de Yucatán.

Sembradíos de maíz, hibes, calabaza y papaya, así como colmenas productoras de cera y miel, fueron arrasadas por el agua que se acumuló por las copiosas lluvias del fenómeno meteorológico.

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Feliciano Ramírez, agricultor y apicultor de la comisaría localizada al Oriente de Peto, indicó que sus plantaciones de maíz las cultivó desde mediados de junio, por lo que ya sólo le faltaba un mes para cosechar. No obstante, la cantidad de líquido  se estancó en su milpa causó la muerte de las plantas. 

“Ya casi estaba, pero ahorita ya está todo aplastado y así ya no sirve, porque como ya estaba alto así, el viento viene y lo quiebra. Lo mismo le pasó a los otros (cultivos) que están más atrás”, comentó el agricultor, quien lamentó la pérdida económica y el esfuerzo invertido, que se acabó con tan solo una tormenta.

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Al igual que su cultivo, la vivienda en donde cría cerditos, gallinas y pavos, también acabó bajo el agua y según la experiencia del año pasado, ésta tardará hasta una semana en ser absorbida por el suelo.

Así mismo, refirió que, por la falta de señal radiofónica, televisiva y de celular, obtuvo poca información respecto a la evolución del meteoro, por lo que no le dio tiempo de asegurar sus 20 colmenas, que se encontraban “monte” adentro.

“Todavía no estoy yendo a verlo, pero no sabía que estaba viniendo, sí tengo tele pero la mera verdad se apaga, falla a cada rato, por la lluvia, por la corriente”, agregó Ramírez.

Explicó que, a través de sus colmenas, llega a producir hasta 80 kilos de miel al año, los cuales se pueden vender hasta por 50 pesos cada uno en la ciudad. No obstante, si las colmenas se caen con los fuertes vientos y las abejas huyen para resguardarse, lo difícil es volver a encontrar nuevos enjambres, para comenzar la producción desde cero.

Ramírez aseguró que la vida del campo es difícil, pues los agricultores luchan cada año contra la naturaleza, pero ella siempre gana y a los campesinos solo les queda volver a empezar.

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GH