Estadísticas del Censo de Población y Vivienda 2020, el último que elaboró el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que la entidad es líder en embarazo adolescente a nivel Península de Yucatán, ya que en el primer año de la pandemia del COVID-19, se reportó que dos mil 31 yucatecas de entre 12 y 17 años ya tenían al menos un hijo vivo.
Ese total colocó a Yucatán como líder en la materia entre los tres estados de la península, donde Quintana Roo ocupó la segunda plaza al reportar mil 765 casos, seguido de Campeche, con un total de mil 154 jóvenes que ya habían dado a luz.
Lo preocupante del tema es que el mayor número de embarazos adolescentes se dio entre las jóvenes de 17 años de edad, donde el estado registró un total de mil 199 casos; el segundo lugar lo ocupó Quintana Roo, con mil 027, mientras que Campeche presentó a 628 de mujeres que ya eran mamás.
Otro rango de edad que preocupa en Yucatán es el de 14 años, en el que se registró 51 niñas que ya se habían convertido en madres, lo que colocó al estado en el segundo lugar a nivel peninsular, sólo por detrás de Quintana Roo, que tuvo un total de 59 casos. Mientras que en tercera posición estuvo Campeche, con un total de 49 niñas que habían dado a luz.
En lo que respecta al rango de 17 años, si bien la zona metropolitana de la capital yucateca concentra el mayor número de casos de menores de edad que ya se habían convertido en mamás, con un total de 763 casos, la diferencia con los municipios que reportaron más de 45 casos, que fueron 10 en total, fue de 131 casos nada más.
Las comunidades que más casos de adolescentes de 17 años que dieron a luz durante el 2020 y que no eran de la zona metropolitana de Mérida, fueron Motul, con 49; Hunucmá, con 50; Ticul, con 57; Oxkutzcab, con 60; Progreso, con 94; Chemax, con 63; Maxcanú, con 56; Tekax, con 72; Tizimín, con 119 y Valladolid, con 87 casos.
En ese sentido, Yamili Chan Dzul, integrante de la Red Pépono’ob, una agrupación de mujeres indígenas que promueven los derechos humanos, incluidos los sexuales, dijo que el embarazo adolescente en comunidades rurales es un tema importante para que surjan políticas públicas, ya que no sólo es un tema que concierna a las juventudes.
“Se trata de una situación de salud pública, porque esto obstaculiza el proyecto de vida de las y los jóvenes. Es una situación que se debería atender en espacio como lo es la escuela y de allá surge la necesidad de traducir al maya una cartilla de derechos reproductivos y sexuales y así estén disponibles”, mencionó la activista en entrevistada vía telefónica.
Añadió que en Yucatán hace falta educación sexual que concierne a las políticas públicas, a lo que se está haciendo desde el Estado.
“Por ejemplo, la atención en las clínicas es nulo, ya que aún no se logra garantizar que cuando un adolescente requiera pedir información sexual sea atendido o que le sea dotado de preservativos en caso de requerirlos”, dijo.
Finalmente, Chan Dzul indicó que la responsabilidad de brindar educación sexual no sólo debe recaer en el Gobierno del Estado, sino también debe empezar a darse desde los Ayuntamientos, deben ver que se garanticen los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes, esto para que lleven una vida sexual responsable.
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JG