Durante la primera jornada dominical de este año, más de 3 mil personas ocuparon la playa y el área de paso peatonal, pero un 90 por ciento de ellas no usaron el cubrebocas como medida para evitar contagiarse. Parte de las restricciones incluyeron los puestos de alcoholímetro en Chelem y Progreso antes de las 4:00 horas.
En recorrido al mediodía, considerada “hora pico” por los trabajadores del lugar, se observó que sobre la calle 80, los restaurantes propiedad de residentes extranjeros utilizaron un 50 por ciento su aforo, incluso ubicaron a la mayoría de sus comensales en mesas al aire libre.
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Uno de los lugares que hizo lo contrario fue “Eladio’s”, situado a pocos metros de la estatua de Juan Miguel Castro, pues mantuvo un área de espera que sobrepasó la sana distancia, pues alrededor de 30 de personas permanecieron largo rato en busca de una mesa desocupada.
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“Si no trabajábamos no ganamos, por favor pónganse en el lugar de un trabajador de acá, de esto dependes, aunque sabes que corre riesgo no solo el cliente, sino uno también, mientras sigamos ganando nuestros pesos no podemos dejar escapar la oportunidad”, indicó el mesero de uno de los establecimientos.
El mismo panorama de falta de medidas sanitarias se observó en el área de arena, con las mesas repletas de los restaurantes con familias de hasta siete integrantes sentados sin la sana distancia que solicitan las autoridades.
“Que pongan que somos 'covidiotas', yo prefiero disfrutar mientras se pueda a estar encerrado sofocándome en mi casa como el año pasado; me enfermé hace poco y puedo salir, según me dijo el médico no me puedo enfermar en tres meses”, expresó al calor de las bebidas embriagantes Fernando Balam, quien, desde Mérida, llegó con cuatro integrantes de su familia.
Expendios de cerveza, de lo más concurrido
Los establecimientos de venta de cerveza y botanas también formaron parte de los sitios donde a pesar de que solo podían ingresar entre tres y cuatro personas, en las largas filas no se guardaba la sana distancia. Sin embargo, en algunas tiendas de conveniencia solo se daba acceso a dos personas, bajo filtro sanitario a la entrada.
“Nos van a volver a encerrar y el Malecón lo van a volver a clausurar, es lo que nos buscamos, yo vengo con mi gel y mis dos cubrebocas, aunque me muera de calor; solo en días como hoy si venimos a trabajar temprano y nos vamos luego de las 10, juntamos hasta mil 500 pesos”, expresó Alejandro Chan, vendedor de marquesitas.
En la orilla de la playa fue donde hubo más aglomeración, concentrándose familias para degustar pescado frito con cerveza, mientras los más pequeños de la casa construían figuras en la arena o se bañaban en el mar.
“Hay más peligro en las plazas, autobuses y otros lugares cerrados y ahí no hay tanto ´drama´ por las autoridades, esperé mucho tiempo para volver a salir a algún espacio público hasta que elegí la playa por ser un lugar al aire libre donde son menos propensos los contagios”, ejemplificó la joven turista Flora Ballesteros.
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CC