Yucatán

Escuelas de Progreso sobreviven con grandes carencias; maestros denuncian robos constantes

Las escuelas en las comisarías del puerto de Progreso son un peligro para los alumnos debido a las pésimas condiciones en las que se encuentran
Escuelas ubicadas en las comisarías del puerto sobreviven cada día con grandes carencias / Jesús López

Vandalismo, estructuras a punto de caerse, animales que podrían causar la muerte de los alumnos y hasta rezago estudiantil son parte del día a día que viven las escuelas ubicadas en las comisarías del puerto de Progreso, donde los apoyos no suelen llegar y no son tomados en cuenta por las autoridades de ningún nivel de Gobierno.

Uno de los últimos planteles en recibir rehabilitación en sus instalaciones fue la primaria José Trinidad Méndez, de la comisaría de Chelem, con la modernización de áreas como los sanitarios y su nuevo domo, el cual quedará listo para esta misma semana.

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María Aguilar Ortiz, directora de este plantel, expresó que antes del beneficio otorgado por la Segey, luego del paso de la Tormenta Tropical Grace hace más de un año, el domo de la cancha quedó dañado, lo que ha evitado que la matrícula de 359 niños siga sin poder hacer uso del espacio.

“Tuvimos que reorganizarnos, intercalábamos clases porque no quedaba de otra, utilizamos los salones de atrás porque los que están junto a la cancha fueron cerrados, en cualquier momento se venía abajo el domo y preferimos tomar como principal factor la seguridad de los educandos”, dijo.

Los 48 años con los que cuenta la José Trinidad Méndez también han causado que su estructura quede vulnerable y con peligro de que caigan pedazos de concreto en cualquier momento. La fachada, por ejemplo, luce añeja y deslucida para los ojos de estudiantes, personal y padres de familia.

Resultó impactante la declaración de la entrevistada, que afirmó que quienes levantaron la mano por la educación en Chelem no fueron las autoridades del Ayuntamiento de Progreso, sino que fueron los residentes temporales que ya están llegando al puerto para pasar el invierno con la comunidad yucateca.

“La semana pasada vinieron los extranjeros a preguntar en qué nos pueden ayudar y a partir de las siguientes semanas aseguraron ayudarnos con el remozamiento de paredes y a surtirnos con material para la educación de los niños. Siempre suelen apoyar si se trata de las nuevas generaciones de Chelem”, constató la profesora.

Una de las comisarías que más problemas pasa con las pobres instalaciones para su preescolar y la primaria del ejido de Paraíso, donde la directora del kínder, María Guadalupe Pinzón, relató que como si se tratara del siglo pasado, los pequeños recibían educación dentro de las casas de los profesores o algún padre de familia que donaba el área de sus hogares para la enseñanza inicial.

“Tenemos este espacio gracias a que uno de los ejidales lo donó, el Ayuntamiento solo nos apoya con la recolección de basura. Tenemos que ser sinceros y falta mucho aquí en Paraíso, no tenemos área de juegos, estamos escasos con nuestro material, solo contamos con un salón de actividades y los baños no sirven”, constató la maestra.

En un recorrido, se dio a conocer que el área de recreación para los 18 infantes que acuden desde la mañana a aprender aspectos básicos educativos, se centra en un espacio donde ni siquiera hay piso de concreto y el monte está a menos de cuatro metros del plantel.

“Más de una vez hemos visto pasar animales cerca de nosotros y corremos dentro de la escuela, nos escondemos de animales como las serpientes y las tarántulas, hasta ahora no hemos tenido un percance, pero si resulta peligroso. Los papás son quienes se encargan de la limpieza y en medio de las actividades de saneamiento suelen salir estos seres peligrosos”, agregó.

Parte también del peligro que acecha a los niños es un panal de abejas que hasta ahora no ha podido ser bajado por temor a que se desate una tragedia. Por todo lo descrito, en las horas de actividades pueden avistarse madres de familia manteniendo vigilancia para la seguridad de sus niños.

En el caso de la primaria Felipe Carrillo Puerto, esta apenas cuenta con tres maestros y cerca de 70 niños, dividiéndose el resto de los infantes en los viajes en transporte público para acudir a un plantel de Progreso o vivir bajo el cobijo del trabajo, lo que implica abandonar sus estudios.

Constantes actos delictivos

En Flamboyanes, Chicxulub y San Ignacio el problema ha recaído en la nula vigilancia que se tiene en las comunidades y que ha originado constantes actos vandálicos en varios de los planteles que ejercen educación en conjunto para más de mil educandos.

En el caso de Flamboyanes, las primarias Manuel Ávila Camacho y 20 de Noviembre han sido de las más afectadas, siendo el primer cuatrimestre del presente años uno de los lapsos que más trascendencia tuvo en la comisaría, pues ambos planteles tuvieron serias afectaciones por sujetos que hasta hoy no han sido identificados.

Ruth Pacho Gonzáles, directora de la primera escuela, declaró en la última entrevista que se tuvo con este medio, que justo antes de salir de vacaciones de cuaresma se expidió un oficio en busca de solicitar apoyo en materia de vigilancia a cargo de la policía, sin embargo, esto no procedió al parecer por falta de personal en la base porteña.

“Dos patrullas no son suficientes para toda la comisaría, aparte de que todos los elementos se mantienen en la entrada, cerca del retén. Nosotros no contamos con veladores, los intendentes han acudido en días previos al plantel, pero aun así hemos notado que hay varios infiltrados que dejan desde latas de cerveza hasta cucharas para posiblemente ingerir drogas”, dijo en aquel entonces.

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CC