El arraigado machismo que prevalece en Yucatán coloca a la entidad entre las que tienen mayor número de delitos cometidos en contra de las mujeres, desde lesiones hasta feminicidio, afirmó el director de la Asociación Mexicana para la Igualdad y Bienestar Yaxché, Juan Manuel Canto González.
Resaltó que el problema del micromachismo en la entidad “están tan arraigados que ni siquiera nos damos cuenta, (pero la) anomalía está presente en todos los niveles socioeconómicos”.
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Definió el problema como la estrategia de poder y control basado en un patriarcado, en el que los hombres ejercen la violencia y el dominio de manera tan sutil, que resulta inadvertido.
En el marco del XIII Congreso de Educación Integral de la Sexualidad: Derecho Humano y Constitucional remarcó que en la base de la pirámide de la violencia está los diversos tipos de micromachismo, mientras que en la punta está el feminicidio.
Feminicidios son causados por exparejas
Reconoció que “en Yucatán se han registrado casos de femicidios cometidos por exparejas hombres, que llevaban más de tres años separados de sus esposas, pero que al enterarse de que ella tenía a otro, la mataron o ella acabó por suicidarse. “La acción se comete para no perder el poder y para demostrar que (la mujer) sigue siendo de su propiedad”, acotó el especialista, durante el taller que impartió ayer.
Aseveró que en Yucatán es tan arraigado el micromachismo que se ve normal, es decir, no se percibe, y para erradicarlo hay que identificar dónde está y dónde se ejerce, para luego capacitar a los afectados.
Reconoció que “el hombre no acepta ni identifica que es machista, como si se tratara de un pez, el cual no identifica el agua ni el mar en que viven”.
Expresó que es un problema generalizado en Yucatán, el cual está presente y arraigado en las prácticas culturales, tal el caso de los gremios, las bodas, los bautizos, las corridas de toros, las convivencias, las comidas y formas de vincularse en la sociedad; por ende, se trata de un problema presente en todos los niveles socioeconómicos.
Durante el evento enunció que hay cuatro tipos básicos de micromachismo: el mansplaining, representado por un hombre incrédulo que cuestiona el conocimiento de la mujer e intenta iluminar con el discurso femenino con su conocimiento. El gaslighting, se intenta hacerle creer a una mujer, de forma muy sutil, que está loca. También está el manterrupting, es decir, la interrupción innecesaria del discurso por parte de un hombre a una mujer.
Incluso, con el bropiating se trata de ese momento en que la mujer tiene una idea y la aplica, pero un hombre se lleva los créditos de la iniciativa. “Son las cuatro estrategias más comunes, pues son numerosos los micromachismos que existentes, aplicados por aquel macho, varón, del verbo ‘me vas a llorar’”, subrayó.
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CC