Yucatán es líder a nivel nacional con un sistema de derecho confiable y objetivo y un sistema político funcional, lo que le permitió posicionarse en el lugar número 10 del Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2022.
Sin embargo, la entidad enfrenta serias carencias en manejo sostenible del medio ambiente y aprovechamiento de las relaciones internacionales, al ocupar el penúltimo y el último lugar a nivel nacional, respectivamente.
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De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C., Yucatán aparece en el lugar número 10 de ICE 2022, el mismo del año pasado, con una competitividad media-alta: Aquellas entidades cuyo puntaje se encuentra hasta una desviación estándar por encima de la media.
Esto gracias a ocupar el primer lugar en el subíndice de Derecho, con 85 puntos de 100 posibles y una competitividad alta: Aquellas Entidades cuyo puntaje se encuentra entre una y dos desviaciones estándar por encima de la media. Este subíndice analiza el entorno de seguridad pública y jurídica en las Entidades Federativas del país, donde Yucatán tuvo un lugar sobresaliente en los rubros de menor número de homicidios y robo de vehículos, así como el de mayor percepción de seguridad por parte de sus habitantes.
La medida
Además, en el subíndice de Sistema Político también ocupó el primer lugar con 73 puntos de 100 posibles, con una competitividad muy alta: Aquellas Entidades cuyo puntaje se encuentra a dos o más desviaciones estándar por encima de la media. Este apartado mide el potencial de los sistemas políticos estatales para ser estables y funcionales, y Yucatán resaltó con la mayor participación ciudadana, pues en la última elección para Gobernador votó el 74% de su lista nominal. Además, tuvo la menor percepción de corrupción estatal entre la población y la de mayor consulta de información de finanzas públicas.
Otro subíndice sobresaliente fue el del Gobierno, que mide la forma en que los gobiernos estatales son capaces de influir positivamente en la competitividad de sus respectivos Estados, donde Yucatán ocupó el cuarto lugar con una competitividad alta, con 57 puntos de los 100 posibles y a pesar de estar entre los primeros lugares en cada rubro, en ninguno sobresalió sobre los demás: Interacción con el Gobierno por medios electrónicos, barómetro de información presupuestal estatal, ingresos propios, indicador subnacional de mejora regulatoria e informalidad laboral.
Sin embargo, en el subíndice de Relaciones Internacionales ocupó el último lugar con tres puntos de 100 posibles y una competitividad baja: Aquellas entidades cuyo puntaje se encuentra entre una y dos desviaciones estándar por debajo de la media. Este subíndice mide el grado con el cual los Estados capitalizan su relación con el exterior para elevar su competitividad más allá de las fronteras del país y a pesar de no ocupar el último lugar en ninguno de sus rubros, si estuvo entre los últimos lugares en flujo de pasajeros aéreos internacionales, PIB turístico, inversión extranjera directa en promedio de tres años y exportación de mercancías.
Además, en el subíndice de Medio Ambiente ocupó el lugar número 30 con 21 puntos de 100 posibles. Este mide la capacidad de los Estados para relacionarse de manera sostenible y responsable con los recursos naturales y su entorno. El principal problema de la Entidad fue la deficiencia económica del agua en la agricultura, por lo que fue calificado de competitividad media-baja: Aquellas entidades cuyo puntaje se encuentra hasta una desviación estándar por debajo de la media.
El ICE mide la capacidad de las entidades para generar, atraer y retener talento e inversiones. Define a un Estado competitivo como aquel que logra las condiciones y capacidades para el desarrollo sostenible tanto del capital humano como físico, lo que se traduce en mayor productividad y bienestar para sus habitantes.
Para medir esto, evalúa tanto las capacidades estructurales como coyunturales de las Entidades a través de 72 indicadores, categorizados en 10 subíndices que evalúan distintas dimensiones y condiciones que constituyen la base del crecimiento y desarrollo de las 32 Entidades.
Condiciones de vida
En los demás subíndices, en el de Sociedad, que mide la calidad de vida de los habitantes a través de las condiciones que se observan en tres áreas: inclusión, educación y salud, Yucatán se ubicó en el lugar 21 con 51 puntos de cien posibles, con una competitividad media baja y sin destacar en ninguno de sus indicadores. En el Mercado de factores, que mide la eficiencia del principal factor de producción: el trabajo, Yucatán ocupó el lugar 21 con una competitividad media baja, al obtener un puntaje de 43 sobre 100, y sin destacar en ninguno de sus rubros: Ingreso promedio de trabajadores de tiempo completo, desigualdad salarial, personas con ingresos por debajo de la línea de bienestar, jornadas laborales de más de 48 horas, población con educación superior y capacitación laboral.
En el subíndice de Economía, que mide las principales características de las economías estatales, así como la situación de acceso al crédito para empresas y familias, el estado se ubicó en el lugar 10 con una competitividad media alta y 55 puntos de cien posibles; sin destacar en ninguno de sus rubros. En el de Precursores, que engloba elementos relacionados con los sectores financiero, de telecomunicaciones y de transporte, Yucatán ocupó el lugar 10 con una competitividad media baja, con 35 puntos de 100 posibles y sin destacar en ninguno de sus rubros.
En el subíndice Innovación, que mide la capacidad de los estados para competir con éxito en la economía, particularmente en sectores de alto valor agregado, intensivos en conocimiento y tecnología de punta, el Estado ocupó el lugar 17 con una competitividad media baja con 39 de cien puntos posibles y sin destacar en ningún rubro.
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JG