La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) inició un procedimiento de oficio para frenar la trata y explotación laboral de las Chapitas, en especial los niños y adolescentes, que últimamente han proliferado en los cruceros de las principales avenidas de Mérida vendiendo ropa típica, dulces, realizando malabares, limpiando parabrisas o solicitando dinero a los automovilistas.
En las últimas semanas, personal de la Codhey acudió a diversos puntos de la ciudad donde se encuentran trabajando las Chapitas, en especial las niñas y los niños, a fin de poder entrevistarlos, pero aseguran que la información proporcionada ha sido escueta o nula.
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La encargada de Comunicación Social, Guadalupe Sosa, precisó que en los próximos días se solicitará la participación de otras autoridades a fin de trabajar de manera coordinada en la búsqueda de una solución que permita garantizar la integridad de los niños y adolescentes en esta situación.
La situación es que el problema con estos niños y adolescentes que deambulan por la ciudad, tiene como trasfondo un tema de explotación, incluso trabajo infantil y posiblemente de trata.
De acuerdo a las investigaciones que ha realizado la Codhey, así como el DIF municipal, estas Chapitas son indígenas tzotziles que provienen de los Altos de Chiapas, en especial de San Juan Chamula, que son explotadas por otras personas, por paisanos suyos que se han aliado con yucatecos creado una mafia en torno a este grupo étnico.
En las escuetas declaraciones, señalan que hay un señor “que nos reúne y platica con nosotros, nos paga y nos dice que no hay que hablar con nadie extraño, sólo con él. Se ve que vive muy bien, trae ropas finas y caras y tiene un carro muy bonito, grande, con aire acondicionado”.
Además, hay gente que constantemente las está vigilando en sus puntos de “trabajo”. El reportero intentó hablar con una niña que pedía dinero a cambio de mazapanes, pero al ver que le tomaban una foto temerosa miró hacia un lugar donde había un par de hombres, dio la media vuelta y apresuró su paso para alejarse del lugar.
Las Chapitas viven hacinadas en departamentos de cuartos pequeños, sin mayores pertenencias que las ropas que traen puestas, sin embargo, las autoridades reconocen que ha sido difícil ubicar su paradero, ya que constantemente cambian de vivienda.
La Codhey busca la participación de otras dependencias como los DIF estatal y municipal, y la Procuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes de Yucatán (Prodennay) para frenar este problema que está creciendo en la ciudad.
En días pasados, como informó POR ESTO!, la directora del DIF Municipal, Silvia Sarti González, señaló que realizaron un trabajo de investigación, en el que entrevistaron y visitaron a las Chapitas y sus hijos para conocer su situación real, mismo que ya fue entregado a la Codhey.
Esta sería la segunda participación de la Codhey en este problema, ya que en 2013, cuando era su presidente Jorge Victoria Maldonado, presentó ante el Ministerio Público del fuero común de la Fiscalía General del Estado, una denuncia por presunta trata, en perjuicio de los indígenas chapanecos que son obligados a trabajar en las calles de la ciudad. En aquel entonces, solo se dedicaban a vender ropa típica de su región, dulces y cigarros.
Pero no fue sino hasta seis años después, en 2019, que con la participación de las fuerzas del orden público se detuvo a una pareja y sus cuatro hijos, pero el juez los puso en libertad por deficiencias en la integración de las investigaciones y considerar que no había suficientes elementos para imputarles los delitos de trata de personas y explotación laboral, y los dejó en libertad.
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JG