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Yucatán

Muñecos de Año Viejo, tradición que predomina en Mérida, Yucatán

Los muñecos de Año Viejo son rellenados de pirotecnia y se encienden a las 12 de la noche para dar la bienvenida al nuevo periodo
Los muñecos suelen tener alta demanda en Mérida
Los muñecos suelen tener alta demanda en Mérida / Diana Vargues

La elaboración de muñecos de Año Viejo es una práctica que se hereda por el gusto de despedir el año con pirotecnia, sin dejar de lado las medidas de seguridad y el respeto a los vecinos.

Ese es el caso de Daniel Armando Pérez Ortiz, quien llevaba más de dos décadas elaborándolos en familia y, gracias a las redes sociales, puede ofrecer sus productos a más personas.

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Y lo que son las cosas, al principio no le gustó, aunque es algo entendible porque su primera experiencia fue apenas a los cuatro años: “Me asustó mucho el ruido”.

Eso fue cambiando con el paso del tiempo y desde los 9 años se ha dedicado a hacer estos tradicionales personajes. “A esa edad fue cuando ayudé por primera vez con la elaboración y no he parado y mi familia no ha fallado con tener un viejo para quemar”, señaló el hombre, vecino de la colonia Melitón Salazar.

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A más de 20 años de distancia, la tradición se ha convertido en un emprendimiento. “Desde 1999 los hemos hecho para celebrar el Año Nuevo y desde hace 10 años los hago también para vender”, comentó.

“El primer año comencé con 10 muñecos, afortunadamente se vendieron todos. Entonces, al siguiente hice 15 y al final vendí 15”, recordó.

Ahora no se da abasto. “Para este año debo vender unos 80”. Por eso su laboriosa encomienda comienza con mucha antelación. “Es algo de todo el año, pues voy a los tianguis, a remates para buscar la ropa y cotizando los materiales”, explicó.

Reveló que su inversión es de unos 20 mil pesos para poder cumplir con sus pedidos. El armado de los muñecos lo hace en octubre, una vez que adquiere la pirotecnia. “Nos ha ido tan bien que nos van apartando con anticipación”.

En ese sentido, ha tenido buena respuesta de sus vecinos y clientes fijos, así como nuevos mediante publicaciones en grupos de ventas en Facebook. “Me contactan por inbox o por WhatsApp”.

“He visto quienes venden los viejos arriba de mil pesos. Yo manejo un precio de 700, con la garantía de que revientan muy bien. Ahora que si quieren algo más cargado de pirotecnia o personalizado el precio es de mil 500”, explicó y agregó que para el final del sexenio de Peña Nieto le pidieron varios con su imagen.

Pero lo más importante es la calidad del muñeco. “Está bien armado y costurado para que no se desarme. Lo más complicado es la cabeza, porque se debe pintar y decorar, ahí lleva una paloma muy grande en su interior”, explicó.

Indicó que cada parte del viejo, piernas, cuerpo y brazos está rellena de petardos, cañones y luces junto con viruta y el papel periódico. Y todo está bien distribuido.

Ante la demanda ha necesitado apoyo para llevar pedidos. “He tenido clientes de sitios lejanos y pasaba que se caía la venta porque no lo podían pasar a buscar”, expuso.

“Entonces, un conocido me ofreció ayudarme con entregas en moto y aun así fue complicado”, dijo sobre esa prueba. “Ahora manejamos un grupo de repartidores para garantizar las entregas”, indicó.

“También mucha gente pasa a buscarlos porque son de otros municipios o les piden un Uber”, dijo para luego compartir una curiosa anécdota. “El año pasado me sobraron dos viejos porque no los pasaron a buscar. Por eso ahora pido anticipo para garantizar la venta”, apuntó. “Ya eran las tres de la mañana y me llaman preguntando si me quedaba alguno. Les dije que sí, pero que no tenía cómo entregarlo. Resulta que pidieron un Uber para llevarlo. Cuando llegó el transporte el chofer preguntó si alguien más viajaba y le comenté que sólo el muñeco. Ya me habían hecho el depósito y la persona pagó el traslado con tarjeta”.

Y lo mejor queda para lo último, pues Daniel Armando se dedica a laborar el viejo que reventará con su familia después de todos los encargos. No importa el cansancio ni que ya sea casi media noche. “A veces son más de las 10 y todavía lo estoy terminando. Incluso, una vez los quemamos pasada las 12 porque me tenía que bañar. Mi mamá me andaba apresurando, pero le dije: “Es mi muñeco y hasta que salga de bañarme” y se quemó a las 12:15, recordó.

Finalmente, comentó que el ritual de despedida del año se debe hacer con cuidado y responsabilidad. “Nosotros lo quemamos en una esquina para que no esté cerca de las casas”.

“Para que los muñecos prendan hay que bañarlos en gasolina o en gas morado. La recomendación es prenderlos por abajo, porque desde ahí tarda más en extenderse la llama y te da tiempo de alejarte”, detalló.

Hay gente que prefiere comprar una piñata con la imagen del Año Viejo, ante los perjuicios que pudiese ocasionar el ruido de la pirotecnia si habita en una zona residencial o con muchos vecinos con mascotas o niños pequeños.

No obstante, hasta ahora estos productos no han tenido mucha demanda y los comerciantes de la calle 65 del Centro Histórico están a la espera de las compras de pánico.

“La semana pasada se llevaron mucho las piñatas de estrella, sobre todo el viernes y el mero día (24)”, dijo una vendedora, quien espera que eso se repita el fin de semana con los viejos. Su local maneja desde unos pequeños de 35 pesos, hasta unos grandes de 150-180 pesos. El tamaño mediano se oferta entre 100 y 130, dependiendo el modelo y el punto de venta.

Lo cierto es que los muñecos de Año Viejo son los primeros que están a la vista, a diferencia de otras fechas donde destacan los superhéroes, las princesas y los personajes de moda.

Por lo pronto, hay quienes no eligen y se decantan por ambas opciones. “Primero rompemos la piñata y para las 12 quemamos el viejo”, dijo Manuel Canché, quien es oriundo de Ucú y viajó a Mérida para completar sus compras, entre ellas la piñata.

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CC

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