Ante los reclamos de vecinos de la calle 7 de Mérida por la tala de árboles sobre este amplio carril, Sayda Rodríguez Gómez, titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), aclaró que el plan de reubicación “se encuentra en obra negra”, pero que la intención es aprovechar todos los que se encuentran en los alrededores.
Desde hace un par de semanas, los árboles cercanos a los rieles han sido removidos y en algunos casos reubicados en los límites del camellón que separa las calle 7 de la 45, las cuales recorren varias colonias como Los Reyes, Melchor Ocampo, Emiliano Zapata Oriente, entre otras.
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Dichas obras obedecen a las adecuaciones que se le harán a la infraestructura existente para que pueda transitar el IE-TRAM, anunciado en verano por el Gobierno del Estado.
Sin embargo, para ello se ha tenido que quitar todo lo que esté pegado al trazo del ferrocarril. Y es que las unidades del nuevo transporte requieren un espacio 2.55 metros, mientras que las vías son de 1.4 m, por lo que se necesita mayor espacio.
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Por lo pronto, Rodríguez Gómez indicó que “ya se han reubicado unos 20 árboles” en espera de que sean más.
“Evidentemente, lo que queremos que toda esa área sea verde y con muchos árboles, pero llevará tiempo”, aclaró. “Todavía se encuentra en obra negra”, agregó la funcionaria.
Lo cierto es que, pese a los avances paulatinos que se puedan tener, la vista no resulta agradable, comentaron los vecinos de la calle 7, a la altura de Los Reyes.
“La verdad, me parece muy mal porque ni avisaron que iban a estar trabajando acá. Nosotros cuando llegamos, nos encontramos con todos los árboles caídos”, expuso Mariana Pech, quien ha radicado en su colonia durante 40 años y actualmente atiende una lavandería en la casa de su mamá.
“Vivíamos aquí cuando no había avenida”, contó. “Si sigue así, ya no será un buen lugar para vivir. Si solo con el tráfico es un problema, imagínense con el paso de un transporte como el que planean. Podría ser un peligro”, expuso.
“Al menos la sábila que sembramos sigue ahí”, dijo, tras lamentar la tala de las plantaciones más grandes. Ese sentir fue compartido por Ricardo Aguayo, dueño de una constructora y quien ha radicado en el lugar por 30 años.
“Hasta hace poco, podías ver un centenar de árboles. De los que teníamos enfrente, uno se cayó durante el paso de un huracán y entre los trabajadores de aquí lo pudimos levantar y creció. Estaba firme hasta ahora que lo tiraron”, explicó. Se pudo apreciar una hilera de unos 30 árboles de diferentes tamaños acomodados sobre la calle 45 antes de llegar a la 20. Sin embargo, algunos no están en buenas condiciones.
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CC