Por primera vez en el puerto se llevó a cabo la unión entre una progreseña y un extranjero en una ceremonia maya dentro del centro de la ciudad, atrayendo a más de cien extranjeros y turismo nacional que quedaron atónitos ante la peculiar boda de la civilización más importante del continente americano.
El matrimonio se conforma por Alan Harris y Julissa Harris, cuya característica principal es que ambos no comparten el mismo idioma, pero aun así ya llevan una década de relación que selló nupcias en la calle 80 por 23 y 25 del cuadro turístico de Progreso.
“Queríamos hacer una boda fuera de lo común, pero mi esposo se siente totalmente yucateco y yo amo mis raíces, entonces decidimos ponernos la guayabera para emprender esta ceremonia que dejó un recuerdo imborrable para quienes fueron testigos de ello porque no suelen hacerse eventos de este tipo aquí”, compartió.
El ritual fue oficializado por “el hermano maya” que vino desde el Pueblo Mágico de Izamal para realizar los protocolos de esta ceremonia que dura cerca de una hora y que entre sus pasos, se encuentra la entrega de una piedra de los dioses de la cultura que simboliza el “amor eterno”.
De manera parecida a las bodas tradicionales, el evento cerró con una lluvia de maíz.
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JG