La niñez y juventud de la comisaría de Flamboyanes, asegura Renata Barrionuevo, titular del programa comunitario del PICIP (Programa de Intervención Comunitaria Integral y Participativa), podría ser mejor por medio de dos ámbitos: la oferta educativa y la implementación de estrategias que permitan obtener un nivel socioeconómico en el que pueda acceder más del 80 por ciento de los ciudadanos de esta zona para salir de la pobreza.
De igual manera, la experta en problemas sociales relacionados con este sector poblacional, establece que es urgente cambiar paradigmas referentes a la comisaría, pues términos como “tierra de nadie” y “nido de delincuentes” que se le han adjudicado a los niños y jóvenes de la comunidad ha originado un rezago de los mismos por el lugar que habitan.
“No hay programas de formación laboral y educativa en Flamboyanes, los pequeños crecen en un entorno con bajo nivel de infraestructura y en materia de salud también se encuentra rezagada la ciudadanía menor de edad, que amerita atención. En el caso de los padres, estos no cuentan con puentes laborales, pues fuera de la pesca y el comercio son pocas las posibilidades de subsistir, para todo hay que irse”, especificó.
Un aspecto que se resalta dentro de la marginación del ámbito escolar, nivel bachillerato, solo incluye mil 500 personas para recibir educación por la vía del Telebachillerato.
“Las acciones de violencia social son el resultado de marginación de la comunidad. El último acto de violencia entre pandilleros ocurrió en el 2015, repercute demasiado en el niño o niña lo que puedan decir de su comunidad, muchos jóvenes al pedir trabajo fuera de aquí prefieren decir que no pertenecen a Flamboyanes, ese es un ejemplo de lo que acontece con el adolescente oriundo de la comisaría”, agrega la argentina Renata Barrionuevo.
Tal como lo dimos a conocer el día de ayer, en un reportaje enfocado en esta población, incluye al 40 por ciento de una población de más de 9 mil personas que se distribuyen entre el área de viviendas oficiales y una zona de invasión.
Uno de los últimos diagnósticos del PICIP, arrojó que el 50 por ciento de los niños de VI Grado de la escuela primaria de turno vespertino, trabaja en un promedio de tres horas diarias.
En la escuela del turno matutino, el 30.43 por ciento de los niños encuestados dice trabajar, con un promedio de dos horas diarias. El 34.83 de los estudiantes de la Telesecundaria refieren trabajar, en promedio de tres horas diarias.
“El problema principal es la educación, no la violencia, desgraciadamente mucha población sigue pensando que Flamboyanes es violento y que la gente tiene pavor de salir a la calle, no hay nada de eso, luego del 2015 que se tuvo el último conato pero lamentablemente esa es la cara que le han otorgado a la comisaría”, finalizó.
Actualmente el PICIP tiene en sus filas a 230 niños y jóvenes a los que se les otorgan diferentes talleres y formaciones, siendo este el único programa comunitario dentro de la comisaría con base en sus calles.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
CC