El proyecto Yucatán Solar consistirá en la instalación de un parque fotovoltaico sobre al menos 246 hectáreas de selva en Valladolid, para generar energía limpia y renovable. Sin embargo, durante su construcción, las comunidades mayas de Ebtún y Cuncunul denunciaron haber sido víctimas de amenazas de los empresarios, además, se vulneró su derecho a una consulta.
Se presentó el Informe: “Derechos Humanos y Actividades Empresariales Chinas en Latinoamérica”, en el que participó la organización Kanan Derechos Humanos.
En este marco se documentó que el proyecto solar de la empresa china JikoSolar Investment Pte. Lt. se anunció en este terreno privado en medio de la selva del Oriente, sin haber consultado a las comunidades que ahí habitan. La empresa sólo realizó sesiones informativas, pero no de consulta o consentimiento.
Entre las principales violaciones fueron al derecho a la consulta libre, al medio ambiente sano y a la cultura.
En el primero se vulneró la libre determinación de los pueblos originarios, ya que además de no consultarles, algunas personas de las comunidades aseguraron haber sido víctimas de amenazas, agresiones y hostigamiento por oponerse al proyecto mediante acciones judiciales.
Uno de estos casos fue el de Gregorio Hau Caamal, quien promovió un amparo contra el parque solar en Ebtún, recibió amenazas por encabezar la lucha en defensa del territorio.
En mayo del 2019 un juez concedió la suspensión provisional contra la obra, Gregorio denunció que la documentación del proyecto presentaba irregularidades, como una consulta “hecha a modo”, en la que se solicitó a la gente levantar la mano y posteriormente se presentó un documento elaborado por la empresa.
Este recurso de amparo obligó a los trabajadores a detener la tala en la instalación del parque fotovoltaico, pero esto no se detuvo ahí.
La denuncia se presentó en la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch Xíimbal de manera pública, ya que Gregorio dijo que era perseguido como otros activistas de pueblos indígenas.
En la violación a un ambiente sano y cultura, la construcción de este parque, además de afectar por la tala desmedida que tendría repercusiones en la actividad apícola de la zona y el aumento de temperaturas, fue colocado sobre un sitio denominado Múusench’een, que es un asentamiento precolombino que consta de una cueva y un cenote con un uso ceremonial desde hace más de 2 mil 300 años.
Este asentamiento, descubierto en el 2017, está oculto entre dos antiguas ciudades mayas del Oriente, y data del periodo preclásico medio superior. El sitio consta de tres edificios prehispánicos intactos, dos de ellos colindan con una cueva en cuyo interior hay un cenote, ahí se hallaron cinco entierros. Según información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Yucatán este lugar es considerado un espacio sagrado.
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JG