Yucatán

Así se veía el Estadio Salvador Alvarado hace 81 años

La unidad deportiva más emblemática de Mérida se veía muy diferente a lo que es hoy; aquí te mostramos cómo se veía el Estadio Salvador Alvarado en 1941
Víctor Gijón

El Estadio Salvador Alvarado fue construido en 1939 con el objetivo de brindar un espacio óptimo para los deportistas yucatecos. La construcción se realizó en tiempo récord de siete meses, en su momento fue valorado como el inmueble más moderno de su época en todo el Sureste mexicano.

El primero de febrero de 1939, día en el que nació este inmueble, la inauguración se llevó a cabo con Juegos Peninsulares.

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Estadio Salvador Alvarado en Mérida, 83 años de ser la 'Catedral del Deporte'

El febrero pasado cumplió su aniversario número 83 de existencia y a pesar de su longevidad, la considerada “Catedral del Deporte Yucateco” sigue luciendo mejor año tras año, sobre todo después de las remodelaciones que se le hicieron hace un par de años.

Sin embargo, no siempre ha lucido como hoy día; así es como se veía el Estadio Salvador Alvarado hace 81 años, tan solo dos años después de ser inaugurado.

Actualmente, el Salvador Alvarado es un estadio recién remodelado y prácticamente sin uso, ya que a las semanas de finalizar la remodelación tuvo que cerrar por la pandemia.

Por fortuna ha retomado sus servicios a los ciudadanos yucatecos; para más información puede contactarse al 999 925 4856 o acudir a sus oficinas en el horario de atención, de lunes a sábado de 5:00 de la mañana a las 22:00 horas y domingos y días festivos de 6:00 de la mañana a las 21:00 horas.

¿Quién fue Salvador Alvarado y qué hizo por Yucatán?

El general Salvador Alvarado Rubio fue gobernador de Yucatán de 1915 a 1917; durante su administración liberó a los trabajadores y peones explotados con la promulgación de leyes que mejoraron sus condiciones laborales, como el establecimiento de la jornada de ocho horas y el seguro por accidentes de trabajo.

Instauró bibliotecas y centros de enseñanza laica, organizó los ferrocarriles del estado, construyó la terminal de petróleo en Progreso y promulgó una importante ley de expropiación de tierras.

Pero sin duda, el compromiso que el general Salvador Alvarado tenía con la dignificación de la mujer fue ejemplar.

En 1916 organizó el Primer Congreso Feminista en México y apoyó el movimiento educacional en favor de la mujer, así como la prohibición de prostíbulos con la finalidad de enseñar que el amor, “aun en sus formas inferiores y malsanas, no debe ser cosa de tráfico y menos debe permitirse que el Estado sea cómplice de tales infamias”.

“Yo siempre he creído que mientras no elevemos a la mujer, nos será imposible hacer patria” son las palabras de este hombre que se preocupó por la gente de Yucatán.

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ASC