Según la Encuesta Estatal de Adicciones, se calcula que el 1% de la población, es decir aproximadamente 20 mil personas, tienen problemas con los juegos de azar, mientras que cerca de 11 mil padecen ludopatía (adicción al juego), esto es el 0.6 por ciento.
Rosenda Caamal, psicóloga de la Asociación de Atención al Juego Patológico, dijo que son necesarias campañas de difusión para detectar esta enfermedad, pues muchos se dan cuenta después de haber perdido propiedades, bienes y personas queridas.
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Esta encuesta fue la primera en el país sobre adicciones sin sustancia, ya que no media un agente que lleve a ese comportamiento. En esa compulsa, además de tabaco, alcohol y drogas, se incluyeron las adicciones comportamentales y conductuales, como ludopatía, videojuegos, celulares e Internet,
“La ludopatía es ya un problema en Yucatán, primordialmente de salud mental para decenas de personas que han establecido una forma de vida en estos centros de juego, siendo los adultos y jubilados los más afectados. Cerca de 20 mil yucatecos son dependientes de estos sistemas electrónicos, donde, según datos proporcionados por organismos nacionales, los meridanos se gastan cerca de 129 millones de pesos mensualmente, pero también en cabeceras municipales donde hay instaladas máquinas tragamonedas que fungen como casinos”, explicó.
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La especialista manifestó que esta adicción es un escape, los ludópatas son personas con cierta predisposición, son fácilmente enganchados a través de las redes sociales para continuar el círculo vicioso que los mete en serios problemas económicos.
“Quienes padecen ludopatía además de visitar los casinos también participan en otros juegos como la lotería, los raspaditos u otros juegos de azar. Pero sin duda el grupo más riesgoso, donde se pueden ver problemas más graves, está en los casinos”, dijo.
Durante la pandemia los afectados pasaron a formas digitales para seguir apostando, esto por el cierre de casinos y lugares apuestas. Sin embargo, estos lugares ya recuperaron el cien por ciento de su concurrencia.
Los efectos de esta adicción tienen un claro indicador desde que la ludopatía se disparó en Yucatán, pues hubo un considerable aumento de las casas de empeño a partir de que aparecieron los casinos en Mérida, proliferando entre un 300 y un 400 por ciento.
“El problema de quienes sufren este trastorno es que muchas veces terminan no sólo en quiebra, sino que involucran a su familia dejándolos prácticamente en la calle, ya que llegan a empeñar pertenencias e incluso hipotecar sus viviendas, vendiendo tierras, entre muchas otras cosas”, detalló.
Asimismo, la psicóloga indicó que para tratar la ludopatía se necesita una absoluta abstinencia a los juegos, así como un terapia de rehabilitación, “es como cualquier adicción”.
“Es lo mismo que ser adictos al tabaco, al alcohol y a las drogas; se presenta una profunda necesidad de apostar, sin embargo, con una adecuada rehabilitación es posible que tengan una vida normal, como en todo hay riesgo de recaída, pero muchos salen delante de este problema”, finalizó.
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CC