Una familia humilde de la colonia El Roble Agrícola se sorprendió cuando en el cementerio Xoclán las personas que vestían el cadáver de Wilberth Alberto Borges Pech reportaron que el fallecido no tenía córneas.
La hermana de Wilberth, la señora María Candelaria Borges Pech, inmediatamente regresó al cementerio para corroborar lo que le dijeron a través de una llamada telefónica y efectivamente vio “raro” los ojos de su hermano, quien falleció el sábado 21 en la madrugada, a los 63 años de edad, a consecuencia de un tumor cerebral.
Alrededor de las tres de la tarde, María Candelaria acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) a presentar la denuncia No. G8/2795/22 por el presunto delito de “robo de córneas”. La autoridad inició los trámites y personal del Servicio Médico Forense (Semefo) se trasladó hasta Xoclán y se llevó el cuerpo para realizar la necropsia legal.
El fallecido era soltero y vivía en la casa de su hermana María Candelaria en la calle 41 diagonal con 8-D de esa colonia del Sur de Mérida, no laboraba a causa de su mal, sólo realizaba sencillas tareas como desyerbar el patio, recoger plásticos para vender y sembraba “algunas matitas” en el patio del hogar.
Su hermana lo había apoyado para levantar un cuartito que él habitaba y que tenía baño propio.
La señora María Candelaria aseguró a POR ESTO! que nunca dio autorización para que Wilberth “donara sus córneas”. Dijo que no está en contra de este procedimiento porque es un gesto bueno pues a ella misma le han hecho un trasplante, pero lo malo es que se lo quiten sin su permiso, pensando que “como somos gente pobre no nos daríamos cuenta”.
A Wilberth lo habían internado en el Hospital Agustín O´Horán porque recientemente se cayó y se lastimó la cabeza. Como consecuencia de los estudios que le hicieron le detectaron un tumor en el cerebro y por el nivel de gravedad lo intubaron.
Al enterarse del fallecimiento de su hermano, la señora María Candelaria acudió al hospital para reconocer el cadáver y a partir de ese momento también inició los trámites para retirarlo del lugar.
Hasta ese momento no sospechaba lo ocurrido, de hecho, miró a su hermano y sólo observó que sus ojos estaban semiabiertos. Sin embargo, fue en Xoclán cuando preparaban el cuerpo para el entierro donde revisaron con más calma los ojos y se dieron cuenta que no tenía córneas.
María Candelaria explicó que le mostraron luego el rostro de su hermano y sobre todo los ojos, estaban raros porque les faltaban algo. Y fue en ese momento, ante la evidencia, cuando acudió a la Fiscalía para promover la denuncia.
Un médico, de nombre Ramsés Méndez, la llamó telefónicamente en dos ocasiones, pero ella lo evitó. Apenas cruzó palabras con el doctor, que supone fue responsable del cuidado de su hermano mientras permanecía en el hospital. María Candelaria le dijo que el asunto estaba en la Fiscalía y sería ahí donde se resolvería el caso.
Con fecha 27 de diciembre del 2013 se ubicó que un doctor del Hospital O´Horán, de nombre Ramsés Adriano Moguel Méndez, solicitó licencia por incapacidad, que es la referencia que se tiene del médico que habló con la señora. La familia no sabe con exactitud el nombre del galeno que trató a Wilberth y cree que puede tratarse de ese especialista.
Más tarde, el esposo de María Candelaria, el señor Enrique Miranda Ochoa, dijo que otro médico de apellido Sánchez también había intentado comunicarse con la familia, probablemente con la intención de llegar a un arreglo, porque Ramsés Méndez no había logrado ese objetivo.
Por la tarde, la familia recibió otra llamada telefónica de la Fiscalía para invitarlos a que acudan a las 8 de la mañana de hoy lunes para recibir el cuerpo de Wilberth, pero tampoco tenían conocimiento sobre el resultado de la necropsia.
En el cuarto del difunto ya instalaron una mesita con veladoras y con la fotografía de Wilberth. Durante la visita de POR ESTO! a su domicilio también estuvo presente el esposo de María Candelaria, Enrique Miranda Ochoa, y su hijo Enrique Ochoa Borges.
Bajo un árbol de la casa, donde estaba instalado una mesa de plástico, Enrique Miranda también comentó que él se encontraba trabajando cuando se enteró de la muerte de su cuñado y que inmediatamente vino a Mérida para apoyar a su esposa en los trámites.
En el momento en que POR ESTO! se encontraba en la vivienda, la señora María Candelaria tuvo que retirarse para acudir a una diligencia en la Fiscalía a solicitud de la defensora de oficio. Entre llamadas telefónicas, visitas a la Fiscalía, la familia se la pasó ayer, un día que nunca olvidarán, como el recuerdo que tienen del señor Wilberth.
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JG