De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), el 15.4 por ciento de la población yucateca fuma, lo que se refleja en unas 231 mil personas, de las cuales 202 mil son hombres y 29 mil mujeres.
De todos ellos, 43 mil fuman diario y 188 mil ocasionalmente. Abarcan un rango de edad desde los 12 a 60 o más años.
El reporte más reciente señala que los fumadores consumen un mínimo de 6 cigarrillos al día y el 4.6 por ciento de ellos dijo que ha usado el cigarro electrónico.
El promedio de edad para iniciar a fumar en la entidad es de 17.6 años y se representa en el 6.2 por ciento de adolescentes fumadores.
El 5.5% de esos jóvenes son consumidores ocasionales y menos del uno por ciento (0.7) lo son diarios. La prevalencia del uso del cigarro eléctrico entre jóvenes es del 0.4%, mientras que en adultos es de 1.2%.
La exposición al humo por los no fumadores sigue siendo un punto muy relevante. La ENCODAT expone que los lugares públicos reportados con mayor prevalencia de exposición al humo de tabaco de segunda mano (HTSM) en Yucatán son los bares, con un 33 por ciento, seguidos de los restaurantes (28.7), transporte público (25.2), escuelas (22.3), trabajo (14.7) y el hogar (12.1).
Esta situación no tiene distinción de edad, pues se indicó que adolescentes y adultos no fumadores reportaron prevalencias similares de exposición al HTSM en restaurantes (jóvenes 32.4 por ciento, adultos 28) y en escuelas (jóvenes 21.2 por ciento, adultos 23.6).
El 90% de la población apoya la implementación de espacios 100 por ciento libres de humo de tabaco.
Una adicción
“En el cerebro tenemos receptores para la nicotina, por eso es altamente adictiva”, alertó el doctor Cristian Molina Pizarro, quien agregó que “es la tercera sustancia psicoactiva más común utilizada en el mundo después del alcohol y la cafeína”, según explicó durante su ponencia a los estudiantes de la Preparatoria 1 de la UADY, en el marco del Día Mundial sin Tabaco.
El subdirector del Instituto de Salud Mental expuso que “muchos dicen que fuman mucho por ansiedad”, lo que es incorrecto. “La ansiedad es un proceso natural, es una reacción frente al peligro o por lo que pueda pasar en un examen, o si algún familiar está delicado de salud”, explicó.
“Lo que en realidad sienten es abstinencia”, porque ya se acostumbraron a cierta dosis de nicotina, y cuando no la tienen “se refleja en irritabilidad, insomnio, náuseas, entre otros”, detalló.
El experto recomendó que, si alguien ha decidido dejar de fumar, lo comunique a todo su entorno más cercano, pues no será sencillo y necesitará de apoyo, especialmente las primeras semanas.
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JG