Yucatán

Tsukán, la leyenda de la serpiente protectora de los cenotes en Yucatán

Una antigua leyenda revela que existe una enorme serpiente que fue condenada todos los cenotes del estado
Tsukán fue condenada por el dios Chaac para proteger el agua de los cenotes / Especial

En la mitología maya se pueden encontrar seres místicos que habitaron en el territorio de la Península de Yucatán como resultado de una creación divina, poderes místicos o una maldición. Algunos de estos seres tenían tareas particulares, por lo que se dice que aún se manifiestan en este plano existencial para cumplir con su deber, tal es el caso de la serpiente Tsukán, un reptil alado gigante que custodia los cenotes, grutas y ríos del estado.

De acuerdo a la antigua leyenda maya, la Tsukán era una de las tantas serpientes que habitaba en Yucatán, pero resaltaba de las demás por su gran tamaño.

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Cuenta el mito que, durante la primera sequía del imperio maya, hace miles de años, se le encomendó al dios Chaac, señor de la Lluvia, recoger el agua del subsuelo y llevarla al resto del imperio maya.

Chaac montó una bestia alada y buscó el vital líquido por todas partes, pero los lagos, ríos y cenotes estaban secos.

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Frustrado y agotado por su búsqueda sin resultados, Chaac decidió descansar sobre lo que parecía un tronco, pero de repente este comenzó a moverse, se trataba de Tsukán, quien en un ágil movimiento devoró de un bocado a la bestia alada que transportaba al díos maya.

Furioso por lo ocurrido, Chaac montó a Tsukán y la azotó con su látigo. Luego le ordenó suplir a su bestia alada en su búsqueda.

Tsukán, aún más enojada, se retorció violentamente para sacudirse a Chaac de encima, pero lo único que consiguió fue que se le inflamaran las crines. Repentinamente, en los costados de su cuerpo aparecieron unas enormes alas que la elevaron y se dirigió al mar.

Ahí, el dios maya pudo recolectar el agua en vasijas que amarró a la enorme serpiente para trasladarlas al imperio maya. Una vez de vuelta, Chaac condenó a Tsukán a ser la guardiana de los cenotes, grutas y ríos del territorio maya.

Tsukán le preguntó a Chaac si una vez que concluyera su encomienda podría irse al mar, a lo que este le contestó que sí, que cuando envejeciera podría dirigirse a ese lugar. Pero la engañó, pues la serpiente fue hechizada para rejuvenecer y cuidar el ciclo del agua eternamente.

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CC