El sector ribereño confirmó que vive una crisis con el mal tiempo, lo que ha provocado que la Capitanía de Puertos no otorgue bandera para navegar, por ello se agrava la situación económica de cerca de 2 mil hombres de mar empadronados e independientes que ya sufrían los estragos de la poca remuneración a causa de la falta de producto en altamar.
Patrones y los mismos trabajadores de las embarcaciones afirman que el no poder salir ha ocasionado pérdidas monetarias para los dueños de las lanchas de hasta 20 mil pesos, mientras que las tripulaciones se quedaron sin pagos de mil a 4 mil pesos por viaje a falta de actividad.
Noticia destacada
Trasladan a hombre al hospital tras resbalarse con la cáscara de una fruta en Progreso
“Ya casi ninguna tripulación va por mero, la marejada que ha producido el mal tiempo ha impedido que se pueda pescar bien, aparte el precio está baratísimo, casi 150 pesos, si no es que menos, cuesta el kilo. Es muy complicado poder vivir de la pesca hoy día, los patrones no buscan su esquina”, afirmó Gonzalo González Cruz, en el embarcadero La Caleta.
Fue justo en el transcurso de la tarde, cuando los sardineros comenzaron a salir rumbo a las inmediaciones del muelle fiscal, pues este producto es hasta ahora uno de los más redituables para poder subsistir, aunque según los entrevistados en un viaje se pueden pescar desde cien kilos hasta dos toneladas y media.
Noticia destacada
Progreso, con una sobrepoblación de animales callejeros; hay más de 6 mil perros y gatos
“La sardina es lo que más beneficia al gremio, la gente viene desde Dzilam de Bravo, El Cuyo y otros puertos a buscar el producto aquí, vienen a pagar toneladas para los barcos de mayor navegación, ese es el trabajo del ribereño ahorita”, expuso Juan Antuna, uno de los veladores de dicho punto de atraque marítimo.
Otra ventaja, es que las embarcaciones que constan regularmente de tres hombres de mar necesitan sólo una inversión de 2 mil pesos como máximo, pues los viajes duran menos de 24 horas y el ejemplar se captura cerca del puerto, alrededor del muelle de altura.
“Es más fácil pescar y vivir de la sardina, empezamos pescando mero pero nos fue muy mal, hace unas semanas me estaban absorbiendo los gastos y me estaba endeudando, lo mismo pasó con varios permisionarios que no tenían el sustento para sacar al mar sus navíos”, indicó José Alberto Cardozo Gómez, dueño de varias lanchas sardineras.
El mismo permisionario relató que la diferencia para armar una embarcación menor que requiera ir por escama alternativa de mayor tamaño, se requieren hasta 20 mil pesos, siendo el Diésel el insumo de mayor gasto junto con los víveres de los marineros.
“La pesca es una moneda al aire desde tiempos remotos, sólo que ahora nos hemos visto más perjudicados por los furtivos y la falta de respeto a la veda, dos aspectos que han pegado de manera contundente en la pesca a nivel nacional y yo me atrevería a decir que a planos internacionales”, agregó el entrevistado, quien se encontraba armando una de sus lanchas.
En cuanto a los sueldos para los trabajadores de este rubro, no se tiene una situación como la que viven los pescadores de navegación mayor que perciben anticipos para zarpar, ya que el ribereño depende de la cantidad de pescado que capture, en el caso de los “sardineros”, los sueldos varían de tener hasta 4 mil pesos hasta no obtener ni mil pesos por su trabajo.
Curiosamente, la actividad en altamar no ha sido la única afectada, pues un caso particular en Chuburná se presentó con el retraso de la inauguración de sus columpios y áreas turísticas, misma que estaba pactada para realizarse el día miércoles de esta semana y que ahora tendrá que esperar hasta una fecha aún por calendarizar.
Como se sabe, el 40 por ciento de los pescadores según asociaciones como Pescayuc han abandonado los viajes en el mar por el servicio turístico que ofrecen atrás del embarcadero de la comisaría, pues la ganancia se consolida a través de tours de grupos familiares o entre una decena de bañistas.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
CC