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Yucatán

Autodefensas del mar en Yucatán: Pescadores se arman para patrullar las aguas del litoral

Un total de 20 embarcaciones realizan el trabajo de autodefensas en el litoral de Yucatán, y desde hace siete años a la fecha se han detectado 70 embarcaciones
El problema se intensificó cuando el exgobernador Rolando Zapata decretó que cualquier hombre de mar puede pescar donde le plazca.
El problema se intensificó cuando el exgobernador Rolando Zapata decretó que cualquier hombre de mar puede pescar donde le plazca. / Efraín Valencia

Ante la tibieza de las autoridades encargadas de la vigilancia en el mar para frenar la pesca ilegal, los pescadores del Litoral Oriente se organizaron desde hace 7 años para formar un comité de vigilancia para evitar la pesca furtiva y que personas ajenas a las zonas concesionadas ingresen y se lleven el sustento de las familias de esta parte del estado que ha sido respetuoso con las diferentes vedas de todas las pesquerías.

Felipe Marrufo López, presidente del Frente Unido de Sociedades Pesqueras y Permisionarios del Oriente del Estado de Yucatán, reveló que esta problemática dio inicio desde el buceo del pepino de mar, que solo ha traído múltiples problemas en la región ya que atrajo a personas provenientes de estados como Sonora, Tamaulipas, Tabasco y Veracruz, quienes se quedaron para practicar la pesca furtiva, cobijados en el puerto de Dzilam de Bravo donde les surten de todo para arrasar con la diferentes especies; en este lugar les proporcionan combustible, víveres, hielo y equipo.

A pesar de que las autoridades saben que en este puerto está el nido de bandidos, como lo calificó el líder pesquero, han hecho poco para frenar este problema que amenaza con acabar con las especies en esta parte del estado que le da sustento a más de 10 mil familias del Litoral Oriente

Ante el escaso interés de las autoridades de vigilancia se conformó el comité de vigilancia de pesca, integrado por pescadores en cada uno de los puertos que se encargan de vigilar sus zonas concesionadas, quienes han adquirido algunas armas que han registrado, ya que los depredadores furtivos navegan en altamar con armas de fuego de alto poder.

Sin importarles la diferencia de armamento, los pescadores molestos porque las autoridades no aplican las leyes se han enfrentado a balazos en contra de 60 a 70 pescadores furtivos causando la muerte de dos de ellos; los demás fueron entregados a la autoridad.

Además, el comité enfrenta el problema de que los furtivos utilizan lanchones con motores fuera de borda de hasta 100 caballos de fuerza, lo cual supera la capacidad de las pequeñas embarcaciones ribereñas de los pescadores, pese a ello han logrado capturar a varios de estos depredadores y confiscarles sus lanchas, productos e insumos.

De acuerdo con los datos, los pescadores han visualizado a más de 300 embarcaciones con motores grandes fuera de borda de hasta 100 caballos de fuerza pescando sin el permiso, sin matrícula, sin permiso de buceo.

Han capturado entre 300 a 400 delincuentes que son turnados a Valladolid, donde pagan multas cuyas cantidades van de 4 a 5 mil pesos y les devuelven sus equipos para seguir delinquiendo. Ante tal situación, en los últimos casos los pescadores han linchado a los furtivos, les han quitado sus embarcaciones y los obligan a regresar de donde vinieron a pie.

Desafortunadamente como pescadores no pueden aplicar otro tipo de castigo como cárcel o multas ya que incurrían en un delito, esa parte les corresponde a las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Marina, pero en todo el Estado solo hay 5 o 6 personas responsables de vigilar la actividad a lo largo de 350 kilómetros de costa, pero no cuentan con equipo necesario como embarcaciones.

Debido a que como pescadores no pueden aplicar otro tipo de castigo como cárcel o multas ya que incurrían en un delito y que a quienes consignan salen rápidamente libres para seguir delinquiendo, en los últimos casos han linchado a los furtivos, les han quitado sus embarcaciones y los obligan a regresar donde vinieron a pie.

Además de las detenciones, el comité ha logrado confiscar e incinerar más de 70 embarcaciones y se ha confiscado equipo de buceo como compresores, trajes de buzo y equipo de pesca prohibidos.

El pasado 3 de julio fue la última operación donde el comité de vigilancia confiscó en alta mar 11 compresores, 64 kilos de langosta, 350 kilos de pulpo, 70 kilos de caracol, tortugas, meros, visores, aletas y ganchos.

“Nos hemos cansado de esta situación, Dzilam de Bravo es el nido de estos delincuentes, la gente va seguir vigilando la zona que les corresponde o de lo contrario se quedaron sin el sustento de sus familias”, puntualizó el líder pesquero, quien agregó que gracias a las acciones que realizan ha disminuido el número de pescadores furtivos, aunque continúan siendo una amenaza.

Esto a pesar de que la vigilancia les genera importantes gastos que corren a cuenta de cada uno de los pescadores: cada embarcación consume dos mil pesos de combustible, salen a la vigilancia 20 embarcaciones con un costo de 40 mil pesos, más los gastos en víveres, además de arriesgar sus vidas.

En los puertos del Litoral Oriente, la pesca ilegal además es una barrera contra la competitividad, ya que la rivereña se hace de la manera tradicional. Se estima que más del 50 por ciento de la pesca es ilegal, lo genera la sobreexplotación de especies como el mero, el pulpo, caracol y langosta, además que arrasan con especies catalogadas en las normas de conservación como la tortuga marina.

La pesca furtiva comenzó a ser importante cuando el exgobernador Rolando Zapata Bello, en su afán de quedar bien con la costa, declaró que todos los puertos son libres y que cualquier pescador de cualquier puerto puede pescar donde le plazca, pero la verdad cada cooperativa en los puertos de San Felipe, Las Coloradas, Río lagartos y El Cuyo pagan una concesión de langosta de hasta medio millón de pesos por determinado tiempo, mientras que los furtivos no pagan nada.

“Antes se delimitaba la zona del faro de Yacupul y por la frontera de El Cuyo se metían boyas, ni Dzilam podía entrar en nuestra área ni nosotros en la de ellos, y entonces desde que el gobernador dejó libre ya no se respetan límites y se empezaron a invadir las zonas concesionadas. Ellos pescan todo el año, mientras que los buzos de esta zona solo en los tiempos permitidos”, detalló y agregó que siempre han solicitado una lancha interceptora, pero esta solo da el pitazo alertando a los furtivos.

Este problema debe ser erradicado cuanto antes, las distintas administraciones y dependencias tienen que poner todos los medios posibles para garantizar la sostenibilidad de la pesca rivereña, la pesca furtiva ha sido un problema social que ha puesto en riesgo el medio marino.

Las capturas realizadas en la pesca ilegal son comercializadas sin ningún tipo de control económico, evitando la venta por los conductos legales y por consiguiente el pago del impuesto correspondientes, esta situación perjudica gravemente a los pescadores legales que tienen que competir de forma desigual.

La tipificación del furtivismo como delito en la reforma del código penal puede alcanzar penas de 4 meses hasta dos años de prisión; realizar actividades sin el permiso correspondiente solo se contemplan sanciones administrativas.

En este aspecto, también el consumidor juega un papel importante para erradicar este problema de la pesca ilegal lo cual debe exigir que todo pescado o marisco que se vaya a adquirir esté debidamente etiquetado y con plenas garantías de trazabilidad.

Sobrepesca

Aunado a los pescadores furtivos, los pescadores además enfrentan la amenaza de la sobrepesca. A los puertos del Litoral Oriente acuden pescadores de los estados de Tabasco, Campeche, Veracruz y gente de los puertos vecinos del noroeste, de Sisal, de Buctzotz, de comisarías de Tizimín como Santa Elena, Emiliano Zapata; de Panabá, de Loche y muchos de afuera, los que se quedan después de la temporada de pulpo para vivir cerca del puerto, como Panabá y Loche, así como otros veracruzanos que tienen casa; los demás solo vienen a cosechar durante cuatro meses y se van.

Esto ha generado una sobrepesca que afecta los recursos pesqueros, especies como el mero, el pulpo, la langosta están a punto de desaparecer, además el problema afecta el entorno como los arrecifes, la calidad de las aguas y la eliminación del plancton. Hasta hace 30 años había muy pocas embarcaciones, ahora se cuenta con más de 3,000 en el Litoral Oriente.

La pesca empezó a disminuir drásticamente cuando empezaron a usar un aparato parecido a un celular que marcaba el punto ideal, acabando con la especie.

Aumento de embarcaciones pesqueras

Conforme han pasado los años ha incrementado el número de permiso y embarcaciones de pesca desde 2011. Actualmente se estima que se otorgan 5 mil 515 permisos para pescar en tan solo este periodo.

La pesca ha sido sobreexplotada, señaló Felipe Marrufo. Antes en San Felipe había una cooperativa: Pescadores Unidos de San Felipe, con 90 lanchas, ahora tenemos más de mil; mientras que en Río Lagartos y El Cuyo hay un número similar de embarcaciones por cada puerto.

Esta situación causa incertidumbre, opacidad y desconocimiento sobre el sector pesquero y pone en riesgo la sustentabilidad de la actividad pesquera; de seguir con este ritmo en los próximos años, miles de personas que viven de las pesquerías se verán severamente afectadas en sus condiciones de vida y alternativas alimentarias por la poca disponibilidad de especies para capturar

Especies en peligro de sobreexplotación

En la región se capturan 735 especies, de 83 fichas informativas o pesquerías, 52 son aprovechadas a su máxima capacidad.

El pulpo, el mero y la langosta son especies sobrexplotadas desde el punto de vista ambiental. La reducción o perdida de especies tendrá efectos adversos en el funcionamiento de los ecosistemas en los próximos años

Desde que les dieron la concesión a los barcos de Progreso, pesqueros de langosta, estos tiran hasta 100 trampas por 30 barcos en lo más profundo y no dan tiempo que bajen a la costa, perjudicando la pesca rivereña

Mientras que los barcos cubanos en aguas mexicanos manejan 15 lanchitas con palangres de mil anzuelos, o sea un total de 15 mil anzuelos. Por lancha pueden capturar de 300 a 500 kilos, los barcos de afuera pescan el mero con hueva depredando de esta manera esta especie que no logra reproducirse.

En cuanto al coronado, desde que se registró la Marea Roja hace 10 años no ha recalado; el carito es por temporada, cuando recala se logra capturar 200 y hasta 400 kilos; en cuanto al tiburón, lo empezaron a poner en veda y perdió el valor, nadie se arriesga a comprarlo.

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JG

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