Eduardo Echeverría, secretario General de la Unión de Conductores y Pequeños Propietarios de Carruajes de Yucatán, informó que hoy se presentan oficialmente las calesas eléctricas de Mérida, que llegaron por partes hace unos dos meses y ya está completamente armadas.
Son seis unidades que operarán sus agremiados y cuyo costo por viaje no será diferente al de las jaladas por caballos: 400 pesos; por cierto, estas, como ya había informado en anteriores ocasiones, no desaparecerán.
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Nuevas calesas eléctricas de Mérida no sustituirán a las actuales impulsadas por caballos
Tras algunas semanas para las adecuaciones, las calesas eléctricas se sumarán al parque de 78 carruajes que rodarán por las calles de Mérida, sobre todo por el Paseo y la Prolongación de Montejo, así como en otros puntos turísticos del primer cuadro de la ciudad.
POR ESTO! informó que bajo un esquema financiero, los socios de esta antigua organización de carruajes sólo pagarán el 50% de costo real en un plazo de dos años, es decir, 250 mil de los 500 mil pesos.
La unión de los caleseros a estos nuevos transportes turísticos es voluntaria y forma parte de un proyecto de modernización, pero no de sustitución, sino de complemento de las tradicionales.
Cabe recalcar que actualmente las calesas jaladas por caballos son 43, que tienen como punto de partida la calle 61 con 60, en pleno Centro Histórico, y hay cerca de 27 que faltan por incorporarse, pero el número de caballos es de 60.
De acuerdo con los propietarios de los animales, se les baña dos o tres veces por día porque, como los seres humanos, sudan mucho; se les proporciona comida (forraje) también de dos a tres veces por día y agua sin límite, en las que trabajan un turno por la mañana y en el turno vespertino retornan a la calle, de 16:00 a 23:00 horas.
Los equinos reciben atención médica, gracias a un convenio con la Facultad de Medicina Veterinaria de Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), cuyos médicos otorgan cuatro consultas “mínimas” anuales necesarias para la buena salud de los caballos. Los animales son verificados, medicados y tratados para revisar que sus condicione sean las óptimas para seguir trotando por la ciudad.
El mes pasado, en declaraciones a POR ESTO!, el líder de la organización explicó que todas las calesas deben seguir las reglas acordadas por los socios y sólo se permite que alguna circule fuera de los horarios establecidos cuando se trata de un servicio particular contratado con anticipación.
Recordó que durante la pandemia, cuando la situación económica fue muy difícil, las autoridades de los niveles de Gobierno respaldaron a la agrupación con alimentos y apoyos para enfrentar la crisis que significó mantenerse sin actividad por varios meses.
Mérida ha tenido calesas desde hace mil 600 años que servían como medio de transporte para la clase social de esa época para llegar a las haciendas y que poco a poco quedó como un estilo de vida, con el paso del tiempo y a la llegada del automóvil el número se redujo y lo que hoy día se ve en las calles de la ciudad es apenas un pequeño reflejo de lo que fue antaño.
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CC