Con otra jornada de actividades diversas, concluyó la primera edición del Festival por el Agua Sagrada de Yucatán, que se llevó al cabo en el edificio central de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
El cierre del evento incluyó ponencias y paneles con expertos, exhibición de documentales y fotografías, así como espacios para el cuento, el canto y la poesía, todos ellos con temáticas alusivas a la importancia del cuidado del agua.
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Durante la declaratoria del manifiesto del festival, representantes del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán (CCAY) y de otros grupos promotores de Mérida, Hunucmá y Kinchil, ponderaron el derecho humano al vital líquido y a la vida.
La intención es conformar una contraloría social autónoma del agua, que sería un frente común por la justicia social, se informó.
Las principales amenazas son los “empresarios insaciables”, cuyas plantas de cerdos, aves, refresqueras o cerveceras ponen en riesgo la calidad del agua, así como la cantidad de la misma, se reiteró.
“¡El agua no se vende, se ama y se defiende!”, fue el lema con el que puntualizaron ese momento del festival, que cerró poco después del mediodía.
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JG