Artemio Cámara Campos, es una de las pocas personas longevas de la población que aún tiene la facilidad de poder platicar sus vivencias a las nuevas generaciones. A sus 90 años, el hombre dijo que aún se siente con buena salud física a pesar de ya no contar con la función de la vista que perdió hace 10 años a causa de una infección.
“Temo” como popularmente es conocido, dijo que en estos tiempos es muy contada la cantidad de personas que llegan a cumplir un siglo, pues recordó que su padre llegó a la edad de los 107 años: “Mi papá pasó de los 100, a mí me faltan 10 años para el siglo. No tengo hijos y vivo aquí en mi casa del centro, hay personas que me vienen a visitar y me atienden”, comentó.
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Afirmó que antes de la llegada de los alimentos procesados, la gente en aquel entonces se alimentaba de manera correcta y con un estilo de vida más saludable, es decir, sin tantos productos químicos que alteraban el hábito de alimentación. En los municipios del interior del Estado, Artemio subrayó que uno de los principales insumos era lo que se cosechaba en las milpas y los atoles de maíz que saciaban a los campesinos cuando se iban a sus largas jornadas laborales mientras llegaban en sus viviendas para poder comer los platillos cocinados en leña.
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Al llegar a cierta edad y laborar en las parcelas cortando henequén, maleza, leña, y otras actividades, él como varias personas han sufrido de dolor articular y se les ha presentado problemas de movilidad: “Me duelen mis rodillas, puedo caminar, pero no mucho. No veo, sí es muy difícil llegar a la edad ya grande. Muchas vivencias hemos pasado con el correr de los años”.
Ciro Soda, uno de los amigos de Artemio quien lo visita y le echa la mano, mencionó que aún recuerda al padre del nonagenario e indica que al ver a su amigo en la edad en la que se encuentra, considera que podría llegar a unos años más de vida: “El sólo porque está ciego no puede salir, si no creo que estuviera montando bicicleta y paseando por el pueblo. Yo siempre acudo a su domicilio para darle comida”.
Ciro reconoció que, dentro de la población, son muy pocas las personas que cuentan con 90 y unas con 100 años, de las cuales sus familiares los mantienen resguardados para evitar que sean expuestos a los cambios de temperatura como sucede actualmente: “Hay personas ya grandes, pero casi no salen, son pocas, pero aún quedan. Mayores de 100 creo que ya no hay, el más grande que conocí fue el padre de Artemio”.
Cámara Campos afirmó que el alimentarse bien y mantener el cuerpo en movimiento, es la clave para llegar a una edad mayor: “Me siento bendecido por tener 90 años, me faltan 10 para los 100 años, si Dios me sigue prestando vida”.
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CC