En los tres días que ha durado la protesta de los ejidatarios, artesanos, ambulantes y guías de turistas de Chichén Itzá, a la zona arqueológica han dejado de acudir cerca de 21 mil turistas, con una pérdida económica de cerca de ocho millones de pesos, ya que los manifestantes les niegan el acceso carretero, denunció el director de la zona arqueológica, Marco Antonio Santos Ramírez.
Las pérdidas económicas se engrosan aún más, ya que este lapso se han cancelado 60 reservaciones de hoteles, los restaurantes carecen de comensales, las diversas tiendas ya no tienen el mismo dinamismo, por lo que la actividad en Pisté, comisaría de Tinum, ha decaído drásticamente.
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El funcionario federal afirmó que “el INAH enfrenta solo este conflicto, ya que el Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del Estado de Yucatán (Cultur) así como la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur) se niegan a intervenir, a pesar que el primera es la encargada del parador y la segunda regula a los guías de turistas”.
Cabe destacar que el cierre carretero y la fallida toma de las instalaciones del Centro INAH-Yucatán es organizada por la Central Independiente de Obreros, Agrícolas y Campesinos (Cioac) de Yucatán, cuyo secretario general es Tonatiuh Villanueva Caltempa, titular del Consejo Estatal de Población (Coespo).
En conferencia de prensa, Santos Ramírez expresó que del lunes 2 al miércoles 4 solo recibieron a 200 visitantes, cuando el promedio diario de arribo a la capital de los itzaes es de siete mil. Todos llegaron caminando, pues los inconformes impiden el tránsito vehicular hasta el parador.
Refutó todas las denuncias que hay en su contra, las cuales tildó de “difamaciones y calumnias hechas en mi contra por hacer bien las cosas, por llevar un control total del sitio, por salvaguardar el patrimonio cultural y por impedir que la problemática siga en aumento”.
Recordó que cuando tomó posesión del cargo director de la zona arqueológica, en 2014, “me percaté (de) que el caso de los artesanos y vendedores es una gran y añeja problemática”, situación que logró controlar al efectuar un censo y acreditar a los 674 responsables de los puestos de titulares”.
“Los acreditados no ocupan el respectivo puesto al grado de vender o rentar el espacio que les fue asignado”, aseguró.
Comentó que son numerosas las anomalías que cometen, y citó el acoso a turistas para les compren sus productos, la mayoría de ellos son souvenirs, y muy poca artesanía.
“En un principio, era un solo grupo de artesanos y vendedores, actualmente son tres agrupaciones, y entre sí mismos se encargan de dividirse”, subrayó.
Informó que, en su mayoría, las 2.5 toneladas de basura que se generan a diario provienen de los comerciantes, a quienes ya se les pidió que lleven su comida en recipientes de plástico (toppers) y dejen de utilizar material desechable.
Comentó que a dos de ellos se les detectó consumiendo drogas en el sitio, por lo que se les impidió el acceso, además que puso operativos para evitar la venta de estupefacientes en la zona arqueológica, ante las numerosas denuncias que hay por parte de los visitantes, a quienes les ofrecen.
Santos Ramírez aseveró que no tolerará el trabajo infantil en la ciudad prehispánica, como era la costumbre de los hoy inconformes, ya que utilizaban a los niños como enganchadores y acosadores de turistas.
En cuanto a los guías, recordó que en un principio eran 150, distribuidos en dos agrupaciones, pero recientemente aumentó de manera exponencial su número; algunos se instalan en las afueras con tal de captar a grupos de paseantes.
Reconoció que piden su destitución, pero les advirtió “me puedo ir mañana, ya que tengo un cargo público, pero los que vienen harán las mismas acciones”.
Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles en Yucatán, Juan José Martín Pacheco, manifestó que los prestadores de servicios turísticos del Oriente del Estado ya resienten los efectos de la protesta. En el caso de los hoteleros, ya llevan 60 habitaciones canceladas de turistas que contrataron hospedaje en Pisté, donde está asentada la zona arqueológica.
Sin embargo, las afectaciones incluyen a restaurantes, guías de turistas y artesanos que son ajenos a los intereses de los manifestantes que bloquean la carretera federal libre Pisté-Valladolid.
En redes sociales se propaga que foráneos cobran 100 pesos para trasladar a los paseantes a la zona arqueológica de Ek’Balam ante la imposibilidad de que los turistas cumplan sus recorridos programados en Chichén Itzá.
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JG